Caso Enron podría salpicar
al gobierno de Bush

WASHINGTON, 17 de enero (PL) .— La ola de escándalo del gigante energético Enron, cada día arrastra consigo a nuevos implicados y podría salpicar a la administración Bush y empeñar la popularidad de la que goza el mandatario estadounidense, que cumplió su primer año de mandato.

De acuerdo con el resultado preliminar de las pesquisas efectuadas por el Centro para la Integridad Pública y la Responsabilidad Política, la auditora Arthur Andersen, involucrada en el escándalo Enron, contribuyó con más de 
200 000 dólares a la campaña presidencial de Bush.

Asimismo, las investigaciones arrojaron que la poderosa empresa, con 85 000 empleados y subsidiarias en 84 países, habría destinado ocho millones de dólares para obtener influencias en Washington.

Uno de los mayores recaudadores de fondos para las campañas del actual presidente norteamericano era Setphen Goddard, precisamente uno de los socios de la firma auditora Andersen que, según precisa el informe, tras estallar el escándalo habría sido apartado de sus responsabilidades.

Con anterioridad, las primeras revisiones de la bancarrota habían demostrado que también la Enron había financiado, con más de medio millón de dólares, las campañas electorales de políticos republicanos, entre ellos Bush.

Los hilos de la investigación van dando un matiz político al caso y llevaron a los especialistas hasta Lawrence Lindsey, otrora asesor de la quebrada firma, quien actualmente dirige el equipo económico del presidente Bush.

Tales vínculos con Lindsey motivaron a varios congresistas a pedirle que, por razones éticas, se aparte de las investigaciones en curso, aunque, según han expresado analistas, aún está por esclarecerse importantes aspectos del pasado de este en Enron.

Grupos en defensa de la integridad pública han criticado los vínculos de Enron con el actual gobierno que, como la anterior administración, ya tiene ante sí la sombra de un escándalo.

18/01/2002

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