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17/01/2002
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Médico y enfermera de la familia

El camino de una cultura sanitaria

ALBERTO NÚÑEZ BETANCOURT

La gran ofensiva contra el mosquito Aedes aegypti y la transmisión de la enfermedad que este insecto provoca, cuentan con la disposición, conciencia y buen hacer de los 
12 000 combatientes que llevan a efecto la campaña de un lado, y como protagonista a todo el pueblo. Sin embargo, es justo preguntarse: ¿Cómo lograr una cultura sanitaria en la población que permita sostener el nivel de saneamiento necesario para oponer barreras a esta y otras coyunturas que puedan afectar la salud colectiva?

Foto: LIBORIO NOVALDurante las intensas jornadas también resulta muy oportuna la asistencia del personal médico frente a malestares de los que libran la ofensiva.

En ese camino, que de ningún modo es corto ni fácil, los médicos y enfermeras de la familia —que son más de 
30 mil binomios en todo el país y 6 226 en la capital— tienen los máximos responsabilidad y compromiso, desde luego apoyados por todas las fuerzas localizadas en la comunidad y una legislación que cada día exige mejor aplicación.

BUEN HACER ANTES Y DURANTE LA CAMPAÑA

La visita a la circunscripción 107 del Consejo Popular Santos Suárez, en el municipio de 10 de Octubre, aportó a los reporteros de Granma el buen ejemplo de un galeno y dos enfermeras de la familia que nunca se han dormido sobre los laureles y desde antes de la ofensiva actual venían trabajando en la prevención del dengue y otras enfermedades infecciosas.

El doctor Ariel Blandy Malmierca, especialista en Medicina General Integral, y las enfermeras Caridad Barreto Reyes y Gisel Espinosa Alfonso laboran en tres consultorios del Consejo Popular citado, pero por estos días se unen para brindar educación sanitaria en todas las casas del barrio, y todavía más donde los moradores se hayan mostrado menos receptivos.

Justo antes del encuentro con la prensa la enfermera Gisel regresó de llamarles la atención a unos vecinos que sin transcurrir los 30 minutos recomendados después de la fumigación, habían abierto las ventanas de la casa.

"Así no resolvemos el problema y lamentablemente se malgastan los recursos que el Estado ha puesto a disposición de la campaña" —explica la enfermera. Es esta precisamente una de las irregularidades más frecuentes, pero se debe reconocer la positiva respuesta ofrecida por la población.

"Hemos avanzado en la cantidad de casas recuperadas que no se fumigaron en una etapa anterior, porque no estaban presentes los moradores, motivos de enfermedad de algún inquilino o por falta de conocimiento en cuanto a la magnitud de la enfermedad."

La vigilancia epidemiológica y promoción sistemática en relación con el dengue asumidas por este personal de la Salud, permitieron que solo ocurrieran aislados casos en la circunscripción, los cuales se resolvieron con celeridad y sin consecuencias que lamentar.

La enfermera Caridad Barreto Reyes considera que la cooperación de los vecinos agiliza el trabajo; por esa razón en los últimos días se ha avanzado mucho en el tratamiento adulticida y el control de focos intradomiciliarios.

Los padecimientos de asma
y la presencia de una niña lactante no son impedimentos para fumigar en casa de la familia Hernández Fernández, buscándose
el momento más adecuado
para hacerlo.

En la vivienda de la familia Hernández Fernández se expresa la voluntad de contribuir a la solución del problema. Allí, a pesar de existir dos personas asmáticas severas y tres niños —uno alérgico y una pequeña de tres meses—, la madre María Magdalena no pone obstáculos y ajusta con el personal que labora en la campaña el momento más adecuado para la fumigación.

Cumplir con los cinco pasos establecidos por la ofensiva en los ciclos necesarios significa culminar una etapa importante, pero ello no representaría el triunfo definitivo.

EN LO ADELANTE, EL RETO MAYOR

Ariel es conocido desde hace mucho en el barrio. En más de una asamblea del delegado del Poder Popular con los electores ha intervenido para explicar las características del mosquito y la enfermedad. Y sobre todo, para aconsejar acciones prácticas efectivas que eviten la existencia de criaderos de este enemigo del hombre.

Ahora formamos parte de este equipo de luchadores contra el mosquito. Nuestra labor es principalmente profiláctica; también realizamos pesquisas ante la presencia de fiebre en los pobladores y para ello las mejores aliadas en los últimos tiempos han sido las brigadistas sanitarias procedentes de la delegación de la FMC, indicó.

Los médicos y enfermeras de la familia están conscientes de la responsabilidad que les corresponde en lo adelante; desde ya, y todavía más cuando finalice la ofensiva, tendrán que trabajar día a día por fomentar una cultura sanitaria en los cubanos que incluya con rigor un proceder higiénico dentro y fuera del hogar, la percepción de los riesgos de las enfermedades, y en consecuencia una conducta sana encaminada a prevenir los males de la salud. Esas son las mejores enseñanza y recompensa que nos pueden quedar de este inmenso esfuerzo.

17/01/2002

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