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12/01/2002
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Primer Premio de Dramaturgia Virgilio Piñera

Amado y El zapato sucio

Andrés D. Abréu

Foto: JUVENAL BALÁN"Yo nací y crecí en una zona rural y cuando tenía unos doce años comencé a leer La Gaviota, de Chejov, pero como no había luz eléctrica y escaseaba el combustible para el quinqué, al caer la noche tuve que abandonar la lectura. En esas horas de ansiedad esperando el amanecer para continuar con la trama de La Gaviota, descubrí mi interés por crear historias y personajes para que luego en otras noches, las familias, los novios, la gente, saliera a disfrutar de ellas."

Así confiesa Amado del Pino que se aproximaron, por primera vez, el teatro y él. Algo ha llovido en el tiempo pasado entre aquel alumbramiento de su imaginación y la satisfacción que hoy lo embriaga por resultar el ganador del Primer Premio de Dramaturgia Virgilio Piñera.

Graduado en Dramaturgia y Teatrología en el ISA en los años ochenta, Amado ha sabido desenvolverse durante muchos años entre el periodista y crítico teatral (Premio de Periodismo Cultural), el actor ocasional (Clandestinos, Guantanamera y Los Papaloteros) y el dramaturgo antologado y llevado a la escena con su obra Tren hacia la dicha.

"La actuación fue una casualidad en la que me ayudó mi gordura y la preparación complementaria que recibí durante los estudios en el ISA. A Fernando le gustó mi imagen y hasta un premio me regaló esa participación en su película —confiesa el Amado actor.

"El periodismo lo adoro y me robó, al punto que llegué a realizar trabajos de temas no culturales. Eso me dio mucha visión de la vida y oficio de escribir. No pienso abandonarlo, pero una mayor dedicación a la literatura escénica solo me permite abordarlo desde la crítica teatral.

"El Amado dramaturgo estuvo dormido. Escribí algunas cosas para la televisión que después de aceptadas nunca se pusieron y colaboré en otras, pero no fue hasta la sorpresa del El zapato sucio que desperté."

El jurado del concurso integrado por Abelardo Estorino, Raquel Carrió y Gerardo Fulleda decidió, entre siete obras finalistas, premiar El zapato... por su intensidad dramática y el manejo de los recursos expresivos para develar facetas complejas de la realidad cubana contemporánea y sus protagonistas, por su sinceridad y alto nivel emocional de la obra.

"Esta es una creación a partir del sufrimiento y la alegría de toda una vida —explica su autor—, la escribí muy rápido y la premiada es su quinta versión. En ella está todo mi amor por el campo de mi infancia, sin rosados, ni folclorismos, desde una indagación honda sobre la pertenencia, la cultura y los valores de la ruralidad, expresada en la historia de un hombre de 40 años que regresa al bohío donde vive su padre, no de visita, sino a reinsertarse en este mundo.

"Los premios son halagadores y hermosos, dan deseos de vivir y trabajar. La publicación garantiza un diálogo con el presente y el futuro, pero es la puesta en escena: ese acto público y sensorial que te convierte en la noche o en la tarde de la gente, la gran misión del teatro. Espero que este premio ayude a que El zapato sucio camine sobre las tablas de un escenario."

12/01/2002

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