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Cuba ha perdido a un excelente Con su quehacer cultural durante 40 años en el cine, la radio, el teatro y la televisión, el destacado actor cubano Miguel Navarro Moya —sepultado en esta capital a la edad de 72 años—, sentó pautas indelebles, a lo que se sumó su labor comunitaria en la localidad capitalina de Arroyo Naranjo, donde como coordinador de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, multiplicó el arte a centenares de niños, jóvenes y adultos. Su fructífera trayectoria artística lo ubicó entre las más connotadas figuras de la escena nacional. El pasado 10 de enero, aproximadamente a las 10:00 p.m. fue hallado occiso en su domicilio el reconocido actor. Las autoridades investigan las causas de este lamentable suceso. Apenas el pasado martes, la imposición de la Medalla Alejo Carpentier constituyó otro merecido homenaje a la fecunda obra de Miguel Navarro quien desde el antológico serial En silencio ha tenido que ser, hasta nuestros días en el dominical Operación coraje, dio muestras de sus excelencias actorales. Aún se recuerda con especial amor, su carismático personaje de Lito, en la telenovela El naranjo del patio, su labor teatral en puestas como Electra, La madre o Amadeus, y su participación en representación de la UNEAC, de la que fue fundador, en simposios internacionales. En la producción cinematográfica nacional tuvo una presencia activa en cintas como Un hombre de éxito, Maluala y Amores, y recibió de la UNEAC el Premio Nacional de Actuación en 1989. Al morir, poseía, además, la medalla Nicolás Guillén y la Distinción Raúl Gómez García. Al sepelio, celebrado en horas de la tarde de hoy, acudieron familiares, artistas, vecinos y pueblo en general para brindarle todo el amor a quien dedicó su vida al arte y la cultura, con la dignidad de un cubano entero.(AIN) |
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