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Trabajadores de TRANSTUR Jaque constante al Aedes aegypti ALBERTO NÚÑEZ BETANCOURT Entonces se miraron y con toda la humildad del mundo dijeron a los entendidos de Salud Pública: "De esto no sabemos nada, pero tenemos la voluntad de hacer el mejor trabajo". Transcurridos más de tres meses, cuando la labor de apoyo a la campaña anti-Aedes aegypti, casi culmina para esta brigada de TRANSTUR, Francisco Pena y José Miguel Amábiles resumen lo que ya significa una etapa importante de sus vidas.
Era nuestro deber responder afirmativamente al llamado del Partido de Ciudad de La Habana para librar una batalla de todos los días contra el mosquito causante del dengue, pero como es lógico cada uno de nosotros albergó dudas. Yo me hice mil preguntas —recuerda Pena. ¿Daré la talla? ¿Cómo me recibirá la gente?... La tarea también representaba un reto a mi preparación física a los 60 años. Hoy te puedo asegurar que en estos tiempos he gastado más zapatos caminando por estos barrios que en los últimos 10 años. Pero me siento útil. Sin proponérnoslo nos hemos conver-tido en promotores de la salud, porque hoy estamos capacitados para explicar a la población las características y peligros del Aedes aegypti. No se trata de fumigar y ya —apunta José Miguel—, el trabajo tiene muchos poquitos, uno debe ser muy político y saber lidiar con personas que en un momento determinado no entienden y hasta se niegan a fumigar su casa. Si bien existen métodos legales, se han aplicado algunas multas, el objetivo es desarrollar la higienización más completa posible, que ni siquiera exista un foco potencial. TRANSTUR POR LA SALUD Ese es el nombre que asumió el contingente integrado por un centenar de choferes, mecánicos, personal administrativo... desde el 25 de septiembre, cuando se inició una campaña intensiva en las áreas de salud de los policlínicos 19 de Abril y Héroes del Moncada, en Plaza de la Revolución.
En lo adelante, estos hombres se convirtieron en sujetos familiares de esos barrios y estrecharon relación con el médico y la enfermera de la familia, las direcciones de los CDR, el núcleo zonal del Partido y todos los dispuestos a contribuir a la educación sanitaria, acción permanente que nunca debe ser subestimada. Claro que siempre existen los escépticos, pero una vez conocidas las razones, resulta muy difícil resistirse. Se trata de proteger la salud de cada uno, precisa José Miguel. Hoy, la joven Yarina reconoce cómo en un primer momento no tuvo conciencia de la importancia del trabajo, pues fumigar la casa le creaba cierta complejidad en el manejo de su pequeño de meses de nacido. Ahora preparo las condiciones no solo con respecto a la fumigación semanal; además garantizo las medidas higiénico sanitarias todos los días. Y antes de que el fumigador toque mi puerta, salgo a buscarlo yo, plantea. Para Dulce María Borrero la campaña antivectorial tiene total justificación. Ella es una aliada voluntaria de las autoridades de la Salud por hacer entender el valor de eliminar los criaderos y asegurar un saneamiento ambiental en el barrio y el hogar. La experiencia de salvar a su hijo Armando Alexis luego de estar entre la vida y la muerte hace 20 años cuando la epidemia de dengue hemorrágico nos golpeó, se vuelve un compromiso de trabajo para esta mujer resuelta a dedicar todas sus energías con tal de que la situación no se repita. LOS DÍAS FERIADOS EN LA TIMBA En los casi cuatro meses de trabajo el contingente de TRANSTUR no ha recesado ni una jornada. Digamos mejor que los sábados y domingos se convierten en los días fuertes porque es cuando más moradores están en la casa. Y por si fuera poco los recientes días feriados alrededor del nuevo año resultaron de intensa labor. Pero en esas fechas la gente contribuyó todavía más; creo que por solidaridad con nuestro esfuerzo —recuerda Pena. Y añade: Al inicio, cuando me indicaron trabajar en La Timba pensé que sería difícil, y sin embargo, en honor a la verdad en este barrio hemos tenido una tremenda aceptación. Fue justamente el 31 de diciembre el día en que José Miguel recibió las mayores muestras de familiaridad. Llegaba apenado a cada casa porque creía afectar de algún modo la comodidad de sus habitantes y terminaba invitado junto a su compañera para cenar. Francisco Pena y José Miguel
Amábiles han devenido, además, maestros de los que se incorporan a la
campaña. Todos cada mañana, no importa el día de la semana ni la hora,
renuevan el empeño de mantener en jaque constante al Aedes aegypti. |
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