Los días finales de la guerra de liberación

Mensajes para la Historia

ROLANDO ÁLVAREZ ESTÉVEZ

Se aproximaba el fin del año 1958. Los victoriosos combates del Ejército Rebelde en las montañas y llanos de las provincias orientales, la invasión a Occidente de las columnas invasoras de Camilo y Che y sus éxitos en la toma de pueblos villareños, que culminaría con la batalla de Santa Clara, así como el incremento de las acciones armadas y de propaganda en el resto del país, hacían presagiar el inminente derrumbe de la tiranía.

Como parte de la estrategia revolucionaria, el Comandante en Jefe impartió instrucciones para organizar las vías más idóneas para romper la censura, lograr una mayor rapidez en las comunicaciones y reducir el riesgo que corrían los mensajeros enviados desde la Sierra Maestra hacia el llano, como sucedió con Lidia Doce y Clodomira Ferrals, apresadas y desaparecidas en La Habana en el mes de septiembre de 1958 por los cuerpos represivos.

Desde Palma Soriano el Comandante en Jefe Fidel Castro convocó a la huelga general y la traición fue aplastada.

Según expone Luis Buch en su obra "Más allá de los códigos", Fidel dispuso la creación de las comunicaciones radiotelegráficas, en clave, entre la Comandancia Rebelde y el movimiento clandestino en las ciudades. Para el cumplimiento de esta tarea fue designado el compañero Marcelo Fernández Font (Zoilo), coordinador nacional del Movimiento 26 de Julio, quien encargó a su vez a José Mederos Mestre (Pepe) —que había sido, años atrás, Director de la Academia de Radiotelegrafistas para las provincias occidentales— y a Orlando Payret, la confección de la clave correspondiente.

Después de aprobada la referida clave, se decidió por la Dirección del Movimiento 26 de Julio que solo la conocerían la inolvidable Celia Sánchez y el capitán Orlando Payret, en la Comandancia Rebelde, Mederos y José Cardet, en La Habana, y Puyans, en Santiago de Cuba. Todos, menos Celia, eran radiotelegrafistas y se conocían, en mayor o menor medida entre sí, desde años atrás. Eran profesionales con más de veinte años de experiencia.

Se indica la primera quincena de octubre de 1958 como la fecha en que se emitió el primer QSO (contacto) con La Habana para un mensaje del comandante Luis Borges. Así fue el nacimiento del Servicio Radiotelegráfico del Movimiento 26 de Julio, utilizando una planta radiotelegráfica adquirida e instalada por el combatiente clandestino José Cardet en su propia casa, desde donde transmitía o recepcionaba los mensajes. En la Comandancia de La Plata desempeñaba esta responsabilidad el compañero Orlando Payret, quien fue el iniciador de la radiotelegrafía clandestina desde la Sierra Maestra y se comunicaba con la Dirección del Movimiento en la capital y Santiago de Cuba por diferentes frecuencias que jamás pudieron ser localizadas o interferidas por la dictadura. Utilizaba un equipo marca Collins, de 90 watts de potencia.

Quizás, uno de los momentos más importantes para el grupo clandestino que integraba este servicio de comunicaciones aconteció el 23 de diciembre de 1958. En aquella oportunidad quien redacta este trabajo, fue citado por Mederos a su casa en la barriada de la Víbora, adonde llegó en horas de la tarde. Mederos lo llevó a una habitación, donde se hallaba otra persona. Era Echemendía, el coordinador actuante del Movimiento 26 de Julio en La Habana. Dirigiéndose al recién llegado, Mederos dijo con voz pausada: todas estas hojas tienen una información sobre un mismo asunto. Tu misión es leerlas y redactar dos proyectos de mensaje para escoger uno, lo cual debes hacer con la mayor premura, cuidando no pasar por alto ningún detalle que pueda ser de interés.

Así fue. Al cabo de una hora, aproximadamente, se cumplió el encargo. Echemendía tomó los proyectos e hizo las correcciones necesarias. Al poco rato, Mederos tenía en sus manos el mensaje a enviar para lo cual debía utilizar la clave secreta establecida, lo que procedió a hacer de inmediato. Después de cifrar el contenido, Pepe se dirigió hacia la vivienda que habitaba José Cardet, ubicada en la calle San Francisco 33, entre 10 de Octubre y Alejandro Ramírez, en el Cerro. Al culminar una breve conversación entre ambos se enviaba el mensaje que a continuación se transcribe, que estaba compuesto de 608 grupos, de cinco números, y cuya transmisión duró entre 20 y 23 minutos.

"Alejandro: Esta tarde el coordinador actuante Echemendía me ha entregado el siguiente mensaje para usted. Hoy sostuve entrevista con el coronel Florentino Rosell Leyva, jefe Cuerpo Ingeniero Ejército tiranía en Las Villas y en nombre del general Cantillo, general Río Chaviano y del coronel Pérez Coujil, proponen poner tropas Oriente, Camagüey, y Las Villas, con todas las armas, a favor del Ejército Rebelde y conjuntamente invadir provincias occidentales punto. Sugieren establecimiento de una Junta Cívico Militar integrada por Cantillo, otro militar que pudiera escogerse como Barquín, Varela o Borbonet y tres civiles que serían Urrutia y dos más escogidos por usted. Ofrecen poner aviones con efectivos suficientes para poner en libertad a los militares y civiles que usted indique punto. Se comprometen entregar a todos los responsables golpe Diez de Marzo, incluso Batista, pero se dejaría escapar a Río Chaviano y Pérez Coujil. Nos exigen volemos los puentes que unen a Matanzas con Las Villas. Agrega coronel Rosell que este plan ha sido tratado con Cancillería norteamericana y al triunfar reconocerían inmediatamente Junta propuesta. Quieren entrevistarse con usted o con Comandante Che Guevara dentro de las próximas 24 horas. Me he limitado a escuchar proposiciones para trasladárselas a Usted, pues unido a lo expuesto sabemos que grupitos planean matar a Batista para apoderarse del poder. También se me ha informado que Pilar García, Ventura y los Tabernillas preparan golpe de Estado. Estamos viviendo momentos decisivos."

(Fdo.). Pepe.

El texto de la comunicación resultó necesariamente largo, pero muy importante, teniendo en cuenta los momentos decisivos que vivía la Patria.

El mensaje llegó a su destino, al campamento situado en La Miel, en la Sierra Maestra. Payret utilizó casi dos horas para descifrarlo, en lo cual fue ayudado por el capitán Ricardo Martínez, locutor de Radio Rebelde, enviándose de inmediato al Comandante en Jefe, cuando la Comandancia de la Revolución se hallaba ya en Palma Soriano. En pocas horas la respuesta de Fidel, contundente, se hizo llegar a La Habana, calzada con el nombre de Alejandro, solo que no vendría por la vía de Cardet, y que contenía el siguiente texto:

"Echemendía: Rechazadas condiciones punto. Organice entrevista personal entre Cantillo y yo".

(FD) Fidel Castro.

Transcurrieron los días, y como recoge nuestra historia, el encuentro entre Fidel y Cantillo se produjo el 28 de diciembre, en el Central Oriente, en Palma Soriano. Allí el general batistiano se comprometió a rendir al Cuartel Moncada, quedando bien precisado por el Comandante en Jefe que no aceptaría bajo ningún concepto movimiento alguno dentro de las fuerzas armadas de Batista que permitiera la fuga del tirano ni y de sus principales secuaces entre los que figuraban asesinos, torturadores y los elementos más corruptos. Ni golpe de Estado ni tampoco la intervención norteamericana se aceptaban por el mando rebelde.

Cantillo traicionaría sus compromisos, y apoyado por la Embajada norteamericana, intentaría un golpe militar, que tendría de inmediato una rápida y enérgica reacción con el llamado a la huelga general revolucionaria ordenada por Fidel y su decisión de hacer avanzar, inconteniblemente, a todas las columnas guerrilleras para producir la rápida toma de ciudades, pueblos, fortalezas y cuarteles militares, a lo largo y ancho del país.

Quienes conscientemente conspiraron para abortar el triunfo revolucionario, con el visto bueno de la Embajada de Estados Unidos en La Habana, vieron así frustrados sus ambiciosos sueños que nada tenían que ver con las legítimas aspiraciones del pueblo cubano.

El triunfo popular fue irreversible. La traición fue aplastada, y la dictadura derrotada definitivamente. Comenzaría a partir de entonces una nueva época para la Patria de Martí, Gómez y Maceo. La Revolución no quedaría pospuesta como en 1898 con la intervención norteamericana, el Primero de Enero de 1959 la verdadera independencia había sido conquistada para siempre.