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Parque Nacional Alejandro de Humboldt
El área protegida más importante del país en cuanto a biodiversidad, atesora el 24 por ciento de las especies de la flora mundial y la mayor densidad de endémicas del planeta HAYDEE LEÓN MOYA GUANTÁNAMO.— De existir una lista con el nombre de todas las especies difuntas seguramente una buena parte de ella la ocuparían el de muchas de la flora y la fauna que en el mundo han corrido esa mala suerte. En sus esfuerzos por no agregar más nombres a esa supuesta lista, en Cuba, y también en otras áreas del planeta se implementan planes para la preservación de sus ecosistemas, ese hermoso universo verde, útil y vital, con todas sus riquezas incluidas. Gracias a ello puede hablarse todavía de la existencia de un valiosísimo sitio natural: el Parque Nacional Alejandro de Humboldt, proclamado hace apenas unas semanas por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad. Esta decisión, a no dudarlo, se sustenta en sus enormes valores y permitirá reforzar los trabajos que se realizan allí para su manejo y cuidado adecuados. Al norte de las orientales provincias de Guantánamo y Holguín, ocupando un área de unos 700 kilómetros cuadrados (alrededor de 70 000 hectáreas), está el Humboldt, el parque más extenso del sistema nacional de áreas protegidas y el más importante del país en cuanto a biodiversidad. SITIO EXCLUSIVO DE LA FLORA Y LA FAUNA Este parque atesora el 24 por ciento de las especies de la flora mundial, la mayor diversidad vegetal del archipiélago cubano y del caribe insular. Posee, al propio tiempo, la mayor densidad de especies endémicas del globo terráqueo, solamente comparada con la isla de Nueva Caledonia, al este de Australia. Núcleo principal de la reserva de la biosfera Cuchillas del Toa (ocupa más de la mitad de su área total), la mayor y más valiosa de las 4 existentes en nuestro país, este ecosistema es, a la vista del visitante, como un bello conjunto de postales exclusivas de montañas, mesetas, llanuras, bahías, ríos muy caudalosos, cayos y arrecifes coralinos Posee unas 905 especies endémicas de la flora, es decir, la tercera parte de las reportadas en Cuba, y muchas de ellas únicas de esta zona contentiva, además, de uno de los mayores y más complejos representantes de los bosques pluviales de las Antillas, los cuales se consideran prácticamente intocados por el hombre, precisamente aquí se localizan los elementos de la flora más antiguos de la isla, con varios relictos como la dracaena cubensis y el árbol dragón cubano, cuyos parientes se hallan en las Canarias, África del norte y Madagascar. También su sistema montañoso, el Sagua-Baracoa, es una de las zonas más antiguas de Cuba, con predominio de rocas en sus estratos que datan de la era mesozoica, según estudios realizados por expertos. Tal riqueza explica y justifica la ardua y compleja labor de preservación que garantiza el estado cubano, con el apoyo, fundamentalmente financiero, de organizaciones no gubernamentales como la alemana Oro Verde, en función de lo cual se fortalece la infraestructura creada en ese parque, dividido para mayor efectividad de los trabajos, en 4 sectores (Cupeyal del norte, Ojito de Agua, la Melba y Baracoa). Ello ha permitido vencer muchas tareas impostergables, entre las cuales pueden mencionarse la plantación de más de 60 hectáreas con especies de árboles en peligro de extinción, como el incienso, zapotillo, azulejo y el ácana. De igual forma se efectúa tratamiento silvicultural a un área de similar extensión donde se aplicó raleo, limpia, aclareo y corte para sanear, por mencionar algunas. La aplicación de métodos para evitar la erosión de los suelos, por ejemplo, barreras vivas, corrección de cárcavas, de drenajes inadecuados, y otros, así como la construcción de tranques, trochas contra incendios en sitios inaccesibles, con el fin de preservar más de 14 000 hectáreas de bosques prácticamente vírgenes, forman parte también de las acciones que se ejecutan en el parque y para lo cual se cuenta con la contribución de la población que habita en las 22 comunidades vinculadas con el Alejandro de Humboldt, 7 de las cuales se encuentran dentro de sus límites. Tanto por su abundancia como por su diversidad y endemismo, en los predios del Humboldt se localizan, por otra parte, las más amplias y ricas especies de la fauna cubana. Entre las más raras y valiosas se encuentran el carpintero real, casi extinto, si ya no lo está, considerado el ave de los bosques vírgenes de Cuba, el amenazado con desaparecer gavilán caguarero, el almiquí, mamífero insectívoro de hábitos nocturnos, considerado un fósil viviente y del cual se han hallado allí huellas frescas y madrigueras. De la jutía andaraz, un roedor exclusivo de la región oriental, existen también poblaciones muy peculiares dentro del parque. Incluso, durante expediciones bastante recientes se colectaron especies de invertebrados presumiblemente nuevos para la ciencia. Se detectaron unas 25 especies de aves, incluidas 18 únicas en el país, se corroboró la existencia de gran cantidad de reptiles y una docena de especies de anfibios y de una rana, en especial, reconocida como la más pequeña del mundo (de unos 10 a 11 milímetros en etapa adulta) que según se supo solo se había reportado antes en alto iberia. Ideal para el turismo de
naturaleza, esta joya ecológica de la humanidad lleva, con justicia, el
nombre del ilustre científico alemán (1769-1859), quien por sus aportes
al conocimiento de nuestra naturaleza, es considerado el segundo
descubridor de la isla. Cuanto se hace en la preservación de ese
ecosistema no solo es un homenaje a ese hombre ilustre que visitó a Cuba
en dos ocasiones (la primera entre el 24 de noviembre de 1800 y el 5 de
marzo de 1801 y la segunda en 1804) y publicó un importante Ensayo
político de la Isla de Cuba, es también el aporte de hoy a ese
propósito universal para que los actuales valores naturales puedan ser
apreciados por las generaciones por venir. |
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