Marcha triunfal del
Ejército de Alfabetización
¡Bienvenido, Ejército de las
manos puras
y el traje terroso con olor a monte!
Vienes de vencer las huestes oscuras
del pasado triste, y en el horizonte
se enciende un camino de estrellas futuras.
Has limpiado el campo de
sombra y abrojo.
Las tinieblas caen, la ignorancia ha muerto,
y tú —dulce Ejército—, sobre su despojo,
izas tu bandera, que es un cielo rojo
donde, en azul luna, fulge un libro abierto.
De soles quemantes y recios
oficios
supieron, oh Ejército, tus niños soldados
que, por las montañas, por los precipicios,
han sido maestros, y vuelven graduados
de la dura escuela de los sacrificios.
Del negro y el blanco soldaste
la unión,
uniste al poblano con el campesino.
Fue duro el camino para tu misión,
pero a tu regreso... te ablanda el camino
un agradecido llanto de emoción.
Forman tus brigadas, maestros,
obreros,
mozos estudiantes, ¡niños inocentes!
Ángeles terrestres portando luceros
bajo los disparos de monstruos arteros
y por donde el Crimen soltaba serpientes.
Maestros con aulas al pie del
abismo,
al fin derrotaron la vieja Ignorancia
—hija manca y ciega del Imperialismo—.
Por eso tu triunfo tiene resonancia
de clarín tocado por el Heroísmo.
Y así, con la honrosa
fragancia rural
de quien ha sembrado para que se siembre,
entras victorioso por la Capital,
bajo el deslumbrado cielo de diciembre,
como por debajo de un Arco Triunfal.
La ciudad crecida por las
claridades
es árbol fantástico de alegres faroles
—luces que han vencido a las oscuridades—.
Jamás hubo un árbol tan lleno de soles
en el viejo curso de las Navidades.
Jamás hubo tanto masivo
fervor
para el bien ajeno, como en tu afluencia,
Ejército puro que vuelves mejor,
y a tu paso vibran de orgullo y amor
los padres que fueron Héroes de la Ausencia.
El bien cuesta sangre...
Siempre ha sido así.
Los monstruos son crueles en su pataleo.
Ya ves, la batalla ganada por ti
se abrió con un mártir color de Maceo,
cerró con un mártir color de Martí.
Ya Cuba está libre de
analfabetismo,
alfabeto verde sobre el mar Caribe,
y la luz sangrada por tu patriotismo
es la tinta roja con que el Pueblo escribe,
porque sabe hacerlo: ¡Viva el Socialismo!
Indio Naborí
Diciembre 22 de 1961
|