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19/12/2001
Portada de hoy

Sellar áreas vacías para abrir paso a los sacos llenos

En el CAI Jesús Menéndez, tenerlo todo sembrado permite concentrar más esfuerzos en una limpia que beneficia aquí a más del 90 por ciento de la superficie plantada

Texto y foto: Pastor Batista Valdés

JESÚS MENÉNDEZ, Las Tunas.— Lo que para muchos centrales del país constituye una aspiración no muy cercana aún (sellar de una vez todas sus áreas cañeras), en el CAI Jesús Menéndez es sencillamente una de esas realidades que no cayó del cielo, ni siquiera favorecida por las escasísimas lluvias en la zona.

Aunque solo 52 de 1 723 caballerías están bajo riego, los rendimientos agrícolas han venido en continuo ascenso.

La concentración oportuna de inteligencia, fuerzas y recursos en función del balance de áreas —a cuyo cumplimiento este CAI le concede un carácter "sagrado e inviolable"— explica por qué desde hace aproximadamente tres años cierra la campaña sin áreas vacías en sus más de 1 700 caballerías destinadas a caña.

No predomina, sin embargo, en todo este empeño, solo un criterio cuantitativo. La progresiva inserción de variedades como la C86-503, la B63-118 y la B72-74 (extendidas en casi el 60 por ciento del área cañera cultivable) expresan de hecho la búsqueda de una calidad y rendimientos superiores, a tono con las particularidades naturales de esta zona, mediante un empeño en el que ha sido determinante el nexo con los especialistas de la Estación Provincial de Investigaciones de la Caña de Azúcar.

Los resultados, en opinión de Mauricio Saavedra Peña, subdirector agrícola, empiezan a hacerse sentir también ya para beneficio del país. Si en 1998 el CAI Jesús Menéndez promedió unas 34 900 arrobas por caballería y un año después las estadísticas indicaban 39 700, ya al cierre del 2000 registró 51 900.

"De las 24 unidades productoras de caña que tenemos —explica Mauricio— solo una está por debajo de 40 000 arrobas por caballería, 16 superan las 50 000 e incluso hay cuatro UBPC (San Martín-5, Santa María-9, Santa María-11 y Vedado-9) que dejaron atrás las 60 000, algo que nos alegra y alienta porque demuestra que si se trabaja duro podemos alcanzar, y rebasar incluso, las 61 500 arrobas que promedió este complejo en el quinquenio 1986-90."

Decididamente, en ese propósito primordial del norteño CAI tunero el agua no es uno de los pilares más confiables. Al empobrecido régimen de lluvias se une que solo 52 de las 1 723 caballerías destinadas a caña están bajo riego.

Por eso el Jesús Menéndez está obligado a seguir buscando más azúcar y más caña por otras vías. Por ejemplo, en los últimos tiempos han mantenido limpia, como promedio, más del 90 por ciento del área mediante la combinación de las variantes manual, química y mecanizada.

El coyuntural "apretón" que en un momento dado pueda provocar la falta de recursos o problemas con la maquinaria, tampoco los deja sin respiración. De hecho con tracción animal este complejo le asegura atención de cultivo en el año a unas 1 900-2 000 caballerías.

Y si a ello se suma el grado de estabilidad que sigue mostrando el principal factor que interviene en todo este proceso: el humano, más animado hoy (sobre todo porque se siente un poco más atendido), entonces es más fácil explicarse por qué después de haber sellado un día todas sus áreas, el Jesús Menéndez no quiera tener ni un espacio en blanco, como tampoco en blanco quiere ver ese voraz apetito que potencialmente le permitiría procesar unas 750 000 arrobas de la azucarada gramínea.

19/12/2001

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