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![]() Continúan disturbios por reclamos Insultos y pedradas contra el presidente De la Rúa. Numerosos heridos en represión policial a desesperados argentinos. Fuertes recortes en presupuesto de ese país para el 2002 BUENOS AIRES, 19 de diciembre (PL).—Los disturbios que desde hace una semana se registran en Argentina por reclamos de comida debido a la crisis, alcanzaron hoy a esta capital con saqueos de comercios en el populoso barrio La Ciudadela. Cientos de pobladores penetraron por la fuerza en varios supermercados y se apoderaron de alimentos y otros productos antes de que fueran dispersados por la policía con gases lacrimógenos y balas de goma. Anoche y durante la última madrugada se reportaron hechos similares en las localidades de Moreno, San Miguel, Tres de Febrero, San Isidro y otros del llamado cono urbano que rodea a la capital federal. La ampliación de la crisis a causa de los disturbios coincide con una reunión esta mañana entre los principales exponentes de la vida política nacional, incluido el presidente, Fernando de la Rúa, en la cual se analiza un informe de Naciones Unidas sobre el tema "desarrollo de la democracia". Antes de participar en ese encuentro, Aníbal Ibarra, jefe del gobierno de la ciudad de Buenos Aires, dijo a la prensa que la responsabilidad máxima por la situación recae en el gabinete nacional. Para Ibarra, el ministro de Economía, Domingo Cavallo, "está encerrado en su obsesión fiscalista, como lo expresa en el proyecto de presupuesto 2002 que significa mayor ajuste". En tanto, en la ciudad de Córdoba se registran violentos enfrentamientos entre la policía y empleados municipales que protestan ante la sede del gobierno local contra la política económica de esa administración. Al mismo tiempo, trabajadores de los astilleros de La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires, cortaron varias calles de ese centro urbano en reclamo del pago de horas extras adeudadas. Por su parte, el gobernador de la provincia de Santa Fe, Carlos Reutemann, dijo a una emisora de radio que la crisis social y productiva del país "ha llegado al límite de lo posible". "La tensión social, la disconformidad que existe en todos los sectores y las pocas soluciones que surgen desde la política, hacen que se trate realmente un cóctel explosivo", apuntó el gobernante, uno de los principales exponentes de la oposición justicialista. INSULTOS Y PEDRADAS CONTRA PRESIDENTE DE LA RÚA El Presidente argentino fue insultado hoy por ciudadanos en Buenos Aires y su auto recibió varios impactos de piedras y huevos, en una jornada signada por saqueos y protestas populares, informó DPA. Tanto al ingreso como a la salida de la reunión multisectorial convocada por la Iglesia católica para hallar soluciones a la crítica situación política y económica, De la Rúa recibió insultos de la gente que se fue congregando en el lugar. "Andate (vete), ladrón", "Hijo de p...", fueron algunos de los agravios lanzados contra el Jefe de Estado, que demuestran el nivel de descontento de amplios sectores de la sociedad. Cuando se retiró del lugar, en una rápida maniobra y ante el nerviosismo de la guardia, los presentes lanzaron pedazos de baldosas y huevos contra el auto que trasladaba al Presidente y el vehículo de sus custodios. Entretanto, AFP daba cuenta de que unos 20 manifestantes del gremio de trabajadores del Estado sufrieron heridas por disparos de balas de goma y otras lesiones, en medio de enfrentamientos con la policía, por reclamos de pagos de salarios, en la ciudad de La Plata (sur), según informes de la policía y el líder sindical Vicente Ignomiriello. FUERTES RECORTES EN PRESUPUESTO DEL 2002 El proyecto de presupuesto argentino para 2002 contempla la desaparición de 24 mil puestos de trabajo en el sector público y fuertes recortes en la esfera social, según los primeros trascendidos conocidos hoy en esta capital. De esa forma, la plantilla de empleados estatales se reducirá de 289 200 a 265 700, en un país con un índice oficial de desempleo del 18,3 por ciento y de subocupacion del 16 (unos cinco millones de personas entre ambas categorías). Esas plazas laborales se erradicarán a través de diferentes procedimientos, como jubilaciones anticipadas, retiros voluntarios, renuncias por incompatibilidad de funciones simultáneas y la no cobertura y eliminación de cargos que queden vacantes. La propuesta de presupuesto contempla un recorte general de seis mil millones de pesos (dólares) del gasto público, con mayor énfasis en los ministerios de Economía (mil 500 millones menos), Educación (270 millones) y Salud (122), así como el aparato de la presidencia (425). No obstante, considera aumentos de 13 millones para el poder legislativo y la cancillería y asignaciones para las nuevas carteras de Seguridad Social (20 700 millones) y Turismo, Cultura y Deporte (201). Entre algunos de los detalles revelados por la prensa local en torno a la tijera presupuestaria se encuentra la reducción de las partidas para los hospitales públicos Malbran (dos millones 500 mil pesos menos) y Sommers (dos millones 700 mil) y el Consejo Nacional del Menor y la Familia (600 mil). Asimismo, desaparecen los 660 millones destinados al llamado Fondo de Incentivo Docente, un sobresueldo de 60 pesos mensuales para los docentes argentinos que constituyó el primer compromiso del actual gobierno cuando asumió el poder en diciembre de 1999. La iniciativa mantiene para 2002 la rebaja del 13 por ciento de los salarios de los empleados públicos y jubilados que ganen más de 500 pesos mensuales, reducción establecida en agosto pasado como parte de la denominada ley de déficit cero. De acuerdo con el proyecto, el país ahorrará mas de cinco mil de los 10 mil millones de dólares pagados en 2001 por concepto de intereses de la deuda externa, si es que concluye con éxito el recién iniciado proceso de reestructuración de ese endeudamiento. Sin embargo, ese programa requiere de un paquete de asistencia de mil 260 millones de dólares retenidos por el Fondo Monetario Internacional desde hace casi un mes en espera, precisamente, de la aprobación del presupuesto 2002. La trascendencia de esa condición quedó en evidencia ayer cuando salió a discusión durante una entrevista sostenida en Washington entre el canciller argentino, Adalberto Rodríguez Giavarini, y el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell.
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