NACIONES UNIDAS, 19 de diciembre (PL).—El embajador estadounidense en la ONU, John Negroponte, eludió hoy fijar la posición de su país en torno a una futura Convención Internacional amplia sobre el terrorismo, que constituye una demanda de gran alcance.

Sobre un proyecto en el que trabaja la Sexta Comisión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, Negroponte se limitó a señalar que esperaba que con el tiempo se realicen "negociaciones satisfactorias".

De igual manera rehuyó ofrecer una definición sobre terrorismo durante una conferencia de prensa aquí para presentar el programa de su gobierno para combatir ese flagelo, en compañía del asesor de Washington en tal materia, Ted Macnamara.

"No hacen falta palabras para hacer definiciones, porque lo importante es elevar la capacidad de acción", arguyó, evasivo.

La necesidad de una convención internacional se viene planteando desde hace años en el seno de las Naciones Unidas, al igual que la convocatoria de una conferencia cumbre al respecto, lo que se reiteró por diversas delegaciones que asistieron en noviembre último al periodo de sesiones de la Asamblea General.

Entonces, el ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Felipe Pérez Roque, hizo énfasis en que la definición por hacerse permitirá no confundir al terrorismo con la lucha de los pueblos por su independencia y en defensa de su soberanía ante una agresión extranjera.

Tanto Negroponte como Macnamara insistieron en el liderazgo antiterrorista de Estados Unidos y en su interés en ofrecer asistencia a otros países, y mencionó algunos pocos que la solicitaron.

Según el primero de ellos, Estados Unidos está en disposición de intercambiar información al respecto con otras naciones comprometidas en la lucha contra el terrorismo.

En su comparecencia se refirió a la creación del Comité estadounidense sobre la materia después de los acontecimientos del pasado 11 de septiembre y enumeró las medidas gubernamentales adoptadas después de esa fecha.