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19/12/2001
Portada de hoy

Inagotable fiesta de enseñar el arte

Andrés D. Abreu

En febrero de 1962, a una construcción sui géneris que se erigía en las inmediaciones del reparto Cubanacán de la Ciudad de La Habana llegó un grupo de jóvenes procedente de todas las provincias del país. Jóvenes que solo por su vocación y aptitud artística recibieron el derecho a formar parte de la primera matrícula de la Escuela Nacional de Arte y que sin pretenderlo, junto a un claustro de profesores-creadores, fundaron lo que hoy constituye el sistema de enseñanza artístico cubano.

Cuarenta años cumplirá esta historia en febrero del 2002, y entre arte y arte tendrá su fiesta.

Vivian Velunza, directora de Centro Nacional de Escuelas de Arte y presidenta del comité organizador de las actividades por este aniversario, conversó ayer con la prensa sobre cómo ha llegado este programa de educación artística a esta celebración.

Orgullosos de los miles de artistas formados —esos que como Jorge Luis Prats, José Luis Cortés, Luis Alberto García, Belkis Ayón y Lorna Feijóo hoy son nombres reconocidos de la cultura cubana en el mundo, y de aquellos que como instructores y maestros, desde cualquier rincón de la Isla despiertan las nuevas generaciones que dan continuidad al arte que se ha creado—, los integrantes de este fecundo sistema muestran su alegría de contar este curso en sus aulas con 16 000 estudiantes de ballet, danza, teatro, circo, espectáculos musicales, bibliotecología, medios audiovisuales, promoción cultural, música, artes plásticas e instructores de artes. Estas tres últimas especialidades con escuelas en cada una de las provincias del país.

Un agradecimiento especial merecen aquellos grandes de nuestra cultura como Harold Gratmages, Fernando Alonso y Raúl Martín Eguren, entre otros tantos que con toda la gloria alcanzada continúan creando también desde el aula más humilde de este sistema y aportando al desarrollo de sus programas y planes de estudios.

Momentos díficiles, escaseces y deterioros indeseados han atravezado profesores y estudiantes, pero la voluntad y el esfuerzo han salvado desde la tecla de un piano, una boquilla de trompeta, hasta un telón, un libro o una partitura neceasaria. A esos también rinde tributo esta fiesta.

Hoy corren tiempos de recuperación y en ellos la cultura ha encontrado frescos aires. Con el fortalecimiento de la atención por parte del Ministerio de Cultura y el Estado han surgido nuevos centros, se recuperan y amplían instalaciones reconocidas como las escuelas Guillermo Tomás y San Alejandro y se trabaja en ese proyecto majestuoso e inconcluso que son las escuelas de Cubanacán. 

19/12/2001

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