Mesa Redonda Informativa

Cruel e injusta condena para Gerardo, pero la verdad fue dicha en Miami

María Julia Mayoral

Dos cadenas perpetuas y 15 años de privación de libertad: esa es la sentencia que recibió ayer Gerardo Hernández Nordelo, tras haber sido declarado culpable el pasado 8 de junio por un jurado, amañado, prejuiciado, desinformado y bajo colosal presión por parte de las autoridades estadounidenses, la mafia anticubana y los medios de comunicación masiva. Pero el joven patriota volvió a ofrecer este miércoles, al conocer la condena, una ejemplar lección de integridad, honor y valentía, la misma postura mantenida por sus compañeros prisioneros del imperio, los familiares y todo nuestro pueblo.

Tal ensañamiento es una muestra de los deseos de venganza de los grupos anticubanos en Miami, que con total impunidad se mueven en los círculos judiciales norteamericanos. Para ellos es una forma de tomar desquite por más de cuarenta años de fracasos en relación con nuestro país, sostuvo Dagoberto Rodríguez, jefe de la Sección de Intereses de Cuba en Washington, al ofrecer declaraciones a la Mesa Redonda Informativa, que contó con la presencia de Carlos Lage, miembro del Buró Político del Partido y vicepresidente del Consejo de Estado, así como de familiares de los cinco dignos patriotas.

No saben, agregó Rodríguez, que nada puede mellar la voluntad y la firmeza de Gerardo, René, Fernando, Antonio y Ramón.

El ambiente en la sala del tribunal fue otra vez totalmente viciado. Algo increíble: en el banquillo de los acusados estaban los inocentes y como espectadores figuraban conocidos terroristas, no solo por nosotros los cubanos, sino por el gobierno de los Estados Unidos, cuyos informes oficiales reconocen tal historial.

El alegato de Gerardo, tras el fallo de la jueza, constituyó un documento contundente de denuncia del terrorismo promovido, financiado y ejecutado contra Cuba desde la Florida, con el contubernio de las autoridades norteamericanas. Puso en claro la arbitrariedad del sistema judicial del sur de la Florida en los casos que tienen que ver con nuestro país y sustentó la incoherencia de la política del gobierno de EE.UU. en relación con su predicada voluntad de combatir el terrorismo, especialmente después de los sucesos del 11 de septiembre.

Gerardo, a sabiendas de su inocencia y de cómo armaron su culpabilidad apelando a la manipulación de datos y sentimientos, llegó a esta jornada final de la vista de sentencia con la moral más alta que nunca. De forma tranquila y serena dirigió su alegato ante la jueza y el público, llevando en su mano un pequeño libro.

Tras su intervención, le pasó el volumen a uno de los jueces con la siguiente nota: "Este fue mi amuleto en el día de hoy, no por aquello de la buena suerte, sino porque es un símbolo de la dignidad y el coraje de nuestro pueblo y de nuestro Comandante, y el solo hecho de traerlo delante en momentos como este nos inspiró y alentó enormemente. Quiero hacerlo llegar a mi familia para poder conservarlo". Para todos los cubanos no hacía falta decir cuál era ese texto. Con el corazón comprendíamos que era La Historia me Absolverá: el alegato del joven Fidel, cuando en 1953 de acusado se convirtió en acusador.

No por gusto, Carmen Nordelo, la madre de Gerardo, después de escuchar las palabras del joven dijo: "Mi hijo bateó de jonrón". Una frase expresada con evidente emoción, pero al mismo tiempo con ejemplar tranquilidad, continuando el espíritu de Mariana Grajales.

El abogado Paul A. McKenna, explicó a la Mesa Redonda, vía telefónica, que su defendido con quien conversó al finalizar la audiencia, estaba bien, animado, satisfecho de haber podido dirigirse al tribunal. Informó que el próximo paso será emitir una notificación ante la Corte de Apelación de Atlanta, con lo cual el caso estará fuera de la jurisdicción de la Florida, del escenario adverso de Miami. La apelación versará sobre los dos cargos más graves: la conspiración para asesinar y el espionaje. McKenna sostuvo que ese nuevo paso llevará meses, pues la batalla legal no ha terminado, apenas está comenzando.

En la sala, como en días anteriores, estuvo toda la fauna terrorista, José Basulto, Ninoska Pérez y un grupo de esa misma calaña, quienes han asistido todos estos días a las vistas, contentos y satisfechos de ver cómo se cumplen sus deseos de venganza.

La audiencia de sentencia de Ramón Labañino Salazar, otro de los valerosos patriotas, comenzó ayer sobre las cuatro y cuarto de la tarde y proseguirá en la mañana de hoy. En tanto, la correspondiente a René González Sehwerert, dará inició en horas de la tarde.

Los periodistas Lázaro Barredo, Rogelio Polanco y Randy Alonso —conductor de la Mesa— y el profesor titular de Derecho Rodolfo Dávalos, fueron los encargados de ofrecer a la opinión pública los detalles del análisis, complementado con las entrevistas a especialistas cubanos, que prestaron declaraciones en el proceso judicial, así como a familiares y amigos de Gerardo.

De indignación nos llenamos ayer al conocer la criminal sentencia, ¡¿pero qué se podía esperar de tanta necedad y deseos de venganza?! No obstante, como afirmara Randy nada nos hará desfallecer en la lucha, el ejemplo de estos cinco patriotas se multiplica en los niños y jóvenes cubanos, en todo el pueblo.