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12/12/2001
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Con ojos de inspectora

Una de las cinco alumnas graduadas en el primer curso para inspectores agrícolas del MINAZ en el país habla del reto de ese oficio, que fue, hasta ahora, privilegio de hombres

Ortelio González Martínez

Es lógico que ante tantos hombres se haga notar: camina lento y elegante, ajeno a cualquier auditorio; pone los puntos sobre las íes para defender sus criterios y exhibe una ternura a toda prueba. Mireyda Núñez Montero, es una camagüeyana que, al parecer, nació para mandar.

Foto: NOHEMA DÍAZ MUÑOZ"La práctica diaria en el campo da más confianza, el inspector se hace en el campo", asevera Mireyda.

No aparenta las cuatro décadas vividas y es una de las pocas mujeres graduadas del primer curso de la única Escuela de Superación Cañera para Inspectores Agrícolas en el país, desarrollado en la Estación Provincial de Investigaciones de la Caña de Azúcar de Ciego de Ávila.

Junto a los 75 hombres de este ciclo inicial, tuvo la oportunidad de aprender, durante tres meses (uno de ellos práctico), los vericuetos de la labor de inspector agrícola en el sector, un oficio que gana protagonismo en medio de los esfuerzos por aumentar la producción cañera, muy deteriorada en los últimos años.

En 1983 comenzó a trabajar como procesadora de datos en el Complejo Agroindustrial Azucarero Siboney, en el municipio camagüeyano de Sibanicú, donde se hizo técnico medio en fabricación de azúcar. Después se alejó de la vida laboral por problemas familiares y al cabo de 10 años volvió como inspectora ferroviaria, de ahí pasó a la delegación del MINAZ en Camagüey.

En sus palabras muestra un convencimiento fiel de que quienes desempeñen este oficio serán capaces de contribuir a dar un vuelco en el cumplimiento de las tecnologías establecidas y las legislaciones vigentes para la producción cañera, algo que hasta ahora prevalecía más en papeles que en la práctica.

"La actividad —afirma— no había tenido mucho apoyo, pero creo que sobre nuestros hombros hay una gran responsabilidad, en tanto tenemos que ver con la siembra, la fertilización, el trabajo de la maquinaria, el corte, el alza, el tiro, el riego... Todo en busca de más azúcar para el país.

"De nosotros depende en un gran porcentaje —y lo dice con seguridad— de que seamos respetados. Pienso que la escuela nos ayudó, pues salimos de ella con los conocimientos necesarios para enfrentar la realidad en el terreno.

"En el curso recibimos clases sobre suelo y su preparación; siembra, semillas categorizadas y sus variedades; control integral de malezas; fertilización y cultivo; plagas y enfermedades; mecanización agrícola y tracción animal; riego y drenaje; legislaciones vigentes que rigen la actividad; y hasta introducción a la computación, entre otras. El programa es intenso."

¿Y cómo lo llevarás al campo?

"Creo que en ello mucho tiene que ver lo aprendido, la ética profesional, la honestidad y la justicia con que apliquemos los conocimientos. El inspector es un trabajador, como muchos otros del sector, sacrificado, con necesidades y limitaciones, pero que está obligado a llamar las cosas por su nombre, en bien de la producción azucarera. Lo mal hecho, está mal hecho y punto.

"Trataré de convencer antes de actuar porque, no es un secreto, todavía se hacen cosas mal a la vista de muchos, desde el campo hasta el central. ¿Quién no ha visto siembra sin los requerimientos necesarios, la mala calidad en la limpia, el corte alto, las elevadas pérdidas en cosecha, carros mal llenados...?"

¿Y de la noche a la mañana los inspectores acabarán con todas esas chapucerías en el tortuoso camino del campo al ingenio?

"No somos magos para resolver los problemas, pero la gente aprende, y más si siente una voz que llame la atención a tiempo, dé el consejo oportuno, enseñe y estimule, y si es una voz femenina, estoy segura de que el camino deja de ser tan tortuoso."

Esta es la mujer de mi historia, una de las cinco inspectoras que se alistó en el curso y, quien, ya tiene que ver con que se cumpla lo legislado en la actividad agroazucarera, hasta ahora regida más en normas y papeles que en los campos cañeros de los diferentes territorios del país.

12/12/2001

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