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![]() Critican forma inmoral en que se aprobó ley comercial a favor de Bush WASHINGTON, 8 de diciembre.—La aprobación por la diferencia de un voto de una ley que otorga al presidente George W. Bush autoridad para negociar acuerdos comerciales sin que el Congreso los pueda variar, fue calificada hoy de inmoral, reporta Prensa Latina. El congresista Charles Rangel descubrió entre telones de lo que aconteció la víspera en la Cámara de Representantes para conseguir un voto que rompiera el empate de 214 entre los legisladores que estaban a favor y contra la Autoridad de Promoción Comercial (APC) o Fast Track (vía rápida), como se conocía anteriormente. La legislación se aprobó en la Cámara de Representantes con graves perjuicios a un acuerdo vigente sobre importación de textiles de los países andinos y caribeños. El voto 215 que dio la victoria a Bush lo aportó el representante Jim DeMint, de Carolina del Norte, cuando dirigentes oficialistas le garantizaron por escrito que toda la ropa importada del Caribe y los Andes tendría que ser confeccionada con telas fabricadas en Estados Unidos. Medios cercanos a la bancada republicana dijeron que el presidente de la Cámara, Dennis Hastert, firmó con otros líderes oficialistas una carta para DeMint con ese compromiso, pero la oficina de este no respondió a llamadas de los periodistas. Rangel denunció que la promesa de Hastert a DeMint daría al traste con la Ley de Comercio y Desarrollo aprobada el año pasado con apoyo bipartidista, para favorecer a países del Caribe y del África al sur del Sahara, que permite importar ropa hecha con tela manufacturada en esas naciones. Aparentemente, añadió, esa carta contiene también un compromiso para reducir sustancialmente beneficios que ya habían sido acordados a los países andinos en el mismo terreno, y si esto es verdad, no solo esta mal hecho, sino que bordea la inmoralidad, dijo Rangel. La componenda con DeMint fue tan inmoral que, según The Washington Post, irritó mucho al presidente republicano del Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara, Bill Thomas, quien al enterarse retiró el voto que había registrado electrónicamente a favor, aunque después fue persuadido a mantener su apoyo al proyecto. Rangel acusó a los líderes republicanos de vender su alma al Diablo y advirtió que Estados Unidos no tendrá credibilidad en negociaciones comerciales internacionales si mostramos que estamos dispuestos a deshacer compromisos existentes. Por su parte, la organización de consumidores "Public Citizen" criticó las maniobras que permitieron la aprobación de la ley, en especial que la Presidencia estadounidense utilizara el efecto de los atentados del 11 de setiembre para convencer a los parlamentarios de aprobar el APC. Según la nueva legislación, que aun debe ser aprobada por el Senado, el Congreso puede aprobar o rechazar los acuerdos comerciales alcanzados por el Ejecutivo, pero sin posibilidad de realizar enmiendas. La APC da poderes de negociación a Bush, quien hasta ahora no había podido obtenerlos, para tratar de avanzar en la propuesta de crear un Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), concluir un acuerdo de libre comercio con Chile y reforzar el Tratado de Preferencias Comerciales Andinas.
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