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05/12/2001
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Crónica de un espectador

Bicho; Y tu mamá; Un ladrón

ROLANDO PÉREZ BETANCOURT

De las tierras descubiertas en América, los españoles y los portugueses llevaron a Europa las historias fantásticas más increíbles. La del bicho de siete cabezas pertenece a los conquistadores venidos de Portugal y habla de un feroz y repugnante monstruo emergido de océanos desconocidos. Como todas las leyendas, esta se amplió hasta ganar una significación de suprema malignidad.

Bicho de siete cabezas es el título escogido por la documentalista brasileña Laís Bodanzky para debutar en el largometraje mediante una historia basada en un hecho real, y que le sirve para demostrar que arte y denuncia siguen siendo dos verdades equiparables a cualquier cine, en cualquier latitud, siempre y cuando se tenga el talento para conjugar la difícil dupla.

La Bodanzky se apoya en el realismo casi documental para contar la historia de un joven algo descarriado, pero bueno, que víctima de un padre con mano más severa que métodos comunicativos es internado en un hospital de dementes, donde deberá "sanar" una mínima adicción por la marihuana. El vía crucis que a partir de entonces transita el muchacho fue narrado en un explosivo libro escrito por la víctima real, Austregésilo Carrano, y que se convirtió en el inicio de una denuncia, luego continuada por el filme: el negocio existente en centros supuestamente psiquiátricos, que no son más que mazmorras donde el enfermo desciende a un infierno del cual muchas veces no regresa.

Bicho de siete cabezas, de Laís Bodanzky (Brasil).

Bicho de siete cabezas está realizado con una mano sorprendentemente segura para una debutante y, no obstante su crudo realismo, se la ingenia para trascender el simple testimonio y en alas de la creación convertirse en una mirada más ambiciosa acerca de la sociedad y la familia. Entre sus aciertos se encuentra el excelente trabajo de dirección de actores, encaminado a evitar estereotipos vinculados con los enfermos psiquiátricos, y una fotografía que luego de partir de una concepción lindante con el documental, gana en rigor de composición.

Ganadora absoluta en el último Festival de Biarritz y ahora compitiendo como Mejor Ópera Prima, Bicho de siete cabezas será un duro contrincante para los otros filmes concursantes.

Y tu mamá también, de Alfonso Cuarón, no defraudó los premios y aplausos recibidos antes de llegar al XXIII Festival. Es cierto que transcurridos los primeros treinta minutos uno se dice, "bueno, pero no era para tanto", pero pronto la realización va demostrando que se trata mucho más que una cinta juguetona dominada por las obsesiones sexuales. Sexo explícito, sí, pero nada gratuito, sexo en función de un abrecaminos hacia la vida de unos adolescentes y de una mujer introvertida, que durante un fin de semana trata de darle riendas a una personalidad que solo al final del filme revelará su último secreto.

Salvando las diferencias de tiempo, de trama y de culturas, y a riesgo de que algunos lo califiquen de dislate, creo percibir en Y tu mamá también una mirada exploratoria a ciertas conductas humanas a través del erotismo, que traen a la mente un vínculo con aquella bomba mal comprendida en sus días que fue El último tango en París, de Bertolucci. Hay una carga literaria en el filme de Cuarón, presente en un narrador omnímodo, que le permite tanto atar cabos como punzar con fina ironía aspectos álgidos de la realidad mexicana, aspectos en los que, extrañamente, no se incluyen las relaciones con el vecino del Norte.

Llegar a una conclusión muy seria como postulado creativo mediante un camino que al principio parecía solo alegre y juguetón, es uno de los principales méritos de Y tu mamá también (una de esas películas que requieren de muchas más líneas de análisis). Sin olvidar la fotografía de planos nada convencionales y los desempeños de la española Maribel Verdú y de los jóvenes Gael García Bernal y Diego Luna. ¡Qué dos actores!

Un ladrón y su mujer, de Rodrigo Sepúlveda (Chile).

Un ladrón y su mujer, del chileno Rodrigo Sepúlveda, cayó en el tentador propósito de estirar demasiado un cuento, en esta ocasión de la pluma de Manuel Rojas. La historia del desafortunado y algo tonto ladrón a quien su esposa ama y espera siempre a la salida de la cárcel, se resiente de una dramaturgia algo indecisa, que incluye un monólogo de la protagonista muy bien dicho, pero demasiado cargante en su engendro meramente literario. Buenas actuaciones, a ratos bellos, Un ladrón y su mujer, con falta de ajustes, mereció ser mejor película.

05/12/2001

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