Matías Bello convocó a los periodistas a la oficina del intendente de la localidad de Tandil, en la provincia de Buenos Aires, donde ocupó un sillón del funcionario y se colocó el arma calibre 12 bajo el mentón para explicar su tragedia.

Para atraer a la prensa, el hombre anunció: "algo grave va a suceder".

En una larga escena transmitida en vivo por la televisión de Tandil, Bello, separado de su mujer, explicó que tenía el salario embargado debido a deudas acumuladas y que solo podía cobrar los 120 pesos (igual en dólares) destinados a la pensión para sus dos hijos.

Asimismo, detalló que se había ofrecido sin éxito a las autoridades para cuidar casas del municipio y de esa manera tener al menos un techo para vivir.

También reveló que había estado preso hace ocho años, y dijo: "cuando salí de la cárcel prometí no caer otra vez en el delito". Sin embargo, agregó, debido a esos antecedentes "la policía siempre me molestaba".

Luego de su excarcelación se trasladó a la austral ciudad de Ushuahia, pero regresó a Tandil porque su mujer esperaba un hijo y encontró trabajo en la municipalidad.

No obstante, continuó el relato previo al suicidio, "las deudas que dejé cuando me fui, más los intereses acumulados, hicieron que lo que gano no me alcance para nada".

Bello explicó que solicitó ayuda a las autoridades locales y nunca encontró una respuesta.

A pesar de los ruegos del Secretario del intendente y de los periodistas presentes en el lugar, Bello apretó el gatillo y se quitó la vida ante las cámaras de televisión.