Nacionales
Internacionales
Culturales
Deportivas
04/12/2001
Portada de hoy

La Tasa Tobin

FIDEL VASCÓS GONZÁLEZ

Entre las características de la globalización neoliberal actual se destaca el enorme monto de capitales especulativos que atraviesan las fronteras nacionales de los distintos países. Se calcula que diariamente el movimiento financiero transfronterizo alcanza 1,8 billones de dólares USA. Cifra superior a las reservas de cambio de los siete países más industrializados, que suman 0,5 billones de USD, y a las reservas de todos los bancos centrales del planeta, las cuales no superan 1,2 billones.

El 90% de los 1,8 billones mencionados corresponde a capitales especulativos y solamente un 10% constituyen relaciones de la economía real, o sea, a las transacciones del comercio exterior de bienes y servicios y a inversiones directas a un plazo mayor de un año. Del total de capitales especulativos que se mueven en el mundo, el 40% entra y sale del país donde se invierte en el mismo día; otro 40% entra y sale en menos de una semana; y el 20% restante lo hace en un mes.

Resulta evidente la inestabilidad que este rapidísimo, masivo e incontrolado flujo de capitales especulativos crea en las economías donde se introducen. Los países del Tercer Mundo receptores de este tipo de inversión presentan una situación muy frágil ante cualquier cambio que decidan las altas esferas de las finanzas internacionales. La interrupción de la entrada de capitales de corto plazo a cualquiera de estos países, unido a la salida sin retorno de los flujos especulativos, reduce rápidamente sus reservas en divisas, lo cual deja sin respaldo a la moneda nacional, que inmediatamente tiene que devaluarse.

En las circunstancias de una economía neoliberal, esta situación determina que la producción se reduce, el desempleo aumenta y se dispara la inflación. Decrecen los ingresos al presupuesto y, por ende, se contraen sus gastos, siendo los mayores afectados los destinados a la educación, la salud pública, la cultura, el deporte y la seguridad y asistencia sociales.

Todo ello recae principalmente en los trabajadores, los jubilados, las amas de casa y, en general, en las familias de bajos ingresos. El círculo vicioso se cierra con una moratoria en el pago de la deuda pública, que incluye la externa, lo cual incrementa el llamado "riesgo-país" que atemoriza a los inversionistas extranjeros.

Teniendo en cuenta estas nefastas características de los capitales especulativos, uno de los objetivos de la lucha antiglobalización neoliberal consiste en entorpecer, reducir y, si es posible, eliminar este tipo de inversión a corto plazo que no responde a la economía real.

Entre las propuestas coincidentes con este último propósito, ha ido alcanzando creciente difusión la llamada Tasa Tobin, anunciada en 1972 y presentada con mayor elaboración en 1978 por el Dr. James Tobin, Premio Nobel de Economía en 1981. Nacido en 1918, en EE.UU., graduado de Harvard y profesor de la Universidad de Yale desde 1950, el Dr. Tobin defiende el comercio libre, considera al Banco Mundial y al FMI como instituciones esenciales, aunque critica algunas de sus políticas y acciones, y se cuenta entre los seguidores de John Maynard Keynes en la teoría que propende un mayor papel del Estado capitalista en la dirección de la economía. El profesor Tobin fue miembro del Consejo de Asesores Económicos del Presidente John F. Kennedy en 1961-1962.

La Tasa Tobin consiste en la imposición de un impuesto a cada una de las transacciones financieras que atraviesan las fronteras nacionales. La tasa impositiva sería de solo 0.1%-0.25%, o sea, entre 10 y 25 centavos por cada cien dólares en cada transacción. La Tasa va dirigida a desestimular el flujo de capitales a muy corto plazo (días o semanas), pues estos obtienen un por ciento de ganancia muy reducido y el impuesto Tobin prácticamente lo haría desaparecer.

El elevado monto de la ganancia de estos capitales se obtiene por la velocidad a la que se mueven. Las personas o entidades implicadas en varias transacciones cada día o cada semana tendrían que pagar la tasa varias veces, lo que las desanimaría para realizar este tipo de inversión. Por su parte, la tasa de ganancia de las inversiones a más de un año quedarían casi intactas. De lo que se trata, según palabras del propio James Tobin, es de "echar arena al aceitado mecanismo de las especulaciones que hacen viaje de ida y vuelta en días o pocas semanas."

Otro resultado de la aplicación de la Tasa Tobin sería la recaudación de importantes recursos financieros, los cuales pudieran utilizarse en impulsar el desarrollo de los países atrasados, en la lucha contra la pobreza, así como para el aseguramiento de educación, salud y cultura para todos y la protección del medio ambiente.

Se estima que los recursos así captados pudieran alcanzar los 300 mil millones de dólares anuales, aunque si el mecanismo propuesto por Tobin funcionara bien, este monto sería cada vez menor, pues menor sería el capital especulativo al que se aplicaría.

La adopción de la Tasa Tobin, así como la introducción de cualquier otra medida que limite la acción de los especuladores, encontrará una feroz resistencia de parte de estos.

También surgen dificultades para decidir quién captará y distribuirá el impuesto. Algunos consideran que deben ser los órganos de finanzas de los propios países donde se capte la Tasa, otros consideran que deben ser los organismos internacionales existentes, como la ONU, el FMI y el Banco Mundial. El Dr. Tobin considera que debería ser el FMI la institución que administre la tasa sobre las transacciones.

Ante el desprestigio generalizado de estos organismos internacionales en el manejo de las finanzas a su cargo, también se plantea que para la administración de los recursos que acumule la Tasa Tobin debe crearse un organismo internacional específico para ese fin, que funcione con una gran transparencia democrática.

Los obstáculos son tales que el mismo Dr. Tobin, en una reciente entrevista, al preguntársele sobre las posibilidades de aplicación de la Tasa por él propuesta, señaló: "No soy optimista al respecto. No pienso que la comunidad financiera, incluidos los ministros de Finanzas de los países más importantes, ni los bancos centrales de esos países, hagan uso de esta tasa. No la quieren".

Pese a las dificultades, cada vez son más las fuerzas que divulgan el mecanismo impositivo propuesto por Tobin y luchan por su aplicación, junto a otras medidas para controlar el flujo financiero internacional. Entre las organizaciones que se plantean este objetivo se destaca la Asociación por una Tasa sobre las Transacciones especulativas para Ayuda a los Ciudadanos (ATTAC), presidida por el Dr. Ignacio Ramonet, director de Le Monde Diplomatique, y que cuenta entre sus principales dirigentes a la Dra. Susan George, redactora del Informe Lugano.

El análisis de la imposición de la Tasa Tobin se ha llevado a discusión por las fuerzas de izquierda en los parlamentos de Francia, España, Italia, Australia y Canadá. Incluso la reunión de ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea, celebrada en septiembre de este año, estudió el tema a propuesta del Gobierno belga. No obstante, en ningún caso las votaciones han sido favorables a la adopción de la Tasa.

La creciente popularidad de la Tasa Tobin es un reflejo de la fortaleza del movimiento popular que lucha contra la globalización neoliberal. De lo que se trata no es solo de aplicar esta Tasa, sino de lograr que los Estados nacionales retomen su papel dirigente de la economía, controlando los flujos financieros y poniéndolos en función del verdadero desarrollo económico y social que reclama la Humanidad.

04/12/2001

Subirtop.gif (129 bytes)

Portada de hoy