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Lo señaló Ricardo Alarcón al hablar sobre la significación de los 25 años de los órganos locales del Poder Popular Enrique Atiénzar Rivero CAMAGÜEY.—Como un sistema nuevo, que tiene originalidad, surgido de nuestras propias raíces, catalogó Ricardo Alarcón, presidente del Parlamento cubano, la constitución de los órganos locales del Poder Popular que acaban de cumplir 25 años de fundados. Dijo en entrevista para Granma, que a veces no subrayamos lo suficiente la experiencia de nuestro país en la guerra de independencia, porque no todos los países comenzaron estableciendo mecanismos de gobierno popular en la etapa en que se luchaba por alcanzar el poder. "Lo usual, lo normal, es que se preparara la guerra, se armaran, trataran de conquistar el poder y después se plantearan cómo organizarlo", subrayó. Destacó Alarcón que los cubanos por alguna razón misteriosa, desde el primer momento comenzamos por inventar un sistema, cuya esencia es la participación de la gente y explicó que, incluso, antes de Guáimaro —la primera asamblea constituyente y la primera en la historia en que un pueblo luchando contra el colonialismo abogara por la democracia— en Bayamo, en un período de 82 días, la primera ciudad liberada de Cuba, empezaron reuniones de ciudadanos parecidas a las que ahora realizan nuestros delegados. Remarcó que el sistema nuestro es distinto al que aplican en otras partes, nosotros tenemos la legitimidad del mundo para desarrollarlo porque, en última instancia, la esencia de la democracia es esa: el gobierno del pueblo, no el gobierno que imponga otro pueblo, que te impongan desde afuera. Al término de una reunión con los diputados de Ciego de Ávila y de esta provincia, para analizar los proyectos de leyes que se llevarán a debate a la próxima sesión ordinaria de la Asamblea Nacional, el 20 de diciembre, Alarcón reiteró su convicción de que no hay sistema político más decente, más sano, más limpio que el que nosotros inauguramos con los órganos del Poder Popular hace 25 años. Argumentó el carácter auténticamente democrático sobre la base de la amplia participación del pueblo, la opinión que cualquier ciudadano expresa acerca de su delegado y del sistema que él encarna, el cual goza, en su criterio, de credibilidad y prestigio. Reconoció que lo anterior no quiere decir que no existan problemas, dificultades, que no haya un amplio espacio para perfeccionarlo, para hacerlo cada vez mejor, para superarnos todos los días. Recordó a los más de 100 000 hombres y mujeres que en estos 25 años pasaron como delegados por los órganos locales, y anunció que hay algunos que llevan ese tiempo por lo que se les rendirá el merecido homenaje, por lo que ha significado estar en la base, enfrentando los problemas concretos de la gente. |
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