![]() |
|
|
![]() Un "huracán" en Artemisa MARÍA JULIA MAYORAL Nadie anda viendo si una tarea corresponde o no al puesto por el cual le pagan. El problema es que la planta no pare y produzca más. Acostumbrados a redoblar la faena tras el azote de los ciclones, en la empresa Mario López Hechevarría, de Artemisa, viven nuevamente una intensa campaña; esta vez para llegar a fabricar de manera estable 170 000 metros cuadrados de tejas y 100 000 de canalones mensuales, a partir de diciembre. De no haber sido por el Michelle, este colectivo del grupo industrial Perdurit (del MICONS) continuaría laborando de modo intermitente debido a dificultades materiales y financieras, pues en situaciones normales el país no puede gastar los recursos destinados a hacer frente a las catástrofes. Desde el 5 de noviembre, unas horas después del paso del huracán, empezaron allí el otro ciclón: el del esfuerzo y la solidaridad; ese que pudo constatar Fidel el pasado 23 de noviembre cuando visitó la instalación e impregnó de nuevos bríos a todos. Aunque las noticias aparecidas en la radio, la televisión y la prensa escrita habían dado cuenta de los destrozos en ocho provincias y en el municipio especial de la Isla de la Juventud, de todas formas jefes administrativos, dirigentes sindicales, de la UJC y el Partido se unieron como de costumbre para pedirle a su gente, desde el mismo inicio, el extra de los momentos difíciles. "Tanto en la línea de tejas como en la de canalones, nos reunimos para ver la disposición de trabajar tres turnos diarios, incluyendo los sábados y los domingos. Pero como con esa decisión no resolvíamos el problema, volvimos a conversar con la gente para alargar las jornadas hasta 12 horas, en un sistema de 12 X 24 de descanso. "Por el momento, es la única forma de acelerar la producción hasta que preparemos al personal para crear las dos cuartas brigadas que nos están haciendo falta", explica Leonel Salgado, jefe de la unidad básica empresarial de asbestocemento en la empresa. Ningún integrante de la Mario López Hechevarría quiso quedar fuera de ese esfuerzo. Entre semana hay un grupo de hombres y mujeres de las áreas administrativas, talleres y de servicio, listo para apoyar en lo que haga falta a los operarios. Cada seis días, cuando tocan las paradas por mantenimiento, ya sea en la línea de tejas o en la de canalones, todo el que hace falta se incorpora para agilizar la faena. Ese sentimiento de compañerismo lleva a otras muchas iniciativas, como la del domingo último cuando la brigada de apoyo en activo ese día preparó caldosa y consiguió un cake para festejar al final de la jornada tanto esfuerzo compartido. "Hay miles de familias esperando por nuestras producciones". Sobre el asunto se conversa con frecuencia lo mismo al pie de las máquinas, que en los talleres, el comedor o las oficinas. "Todo el mundo lucha por salir adelante; tú ves que si se rompe algo nos ponemos para arreglarlo lo más pronto posible y la gente de la brigada de apoyo, en mi turno y en los demás, está ahí siempre preocupada por darte una mano o traerte merienda; así uno se siente bien aunque el trabajo es duro", cuenta Lohamy Rodríguez Figueroa, uno de los jóvenes en la línea de tejas. Mover los resortes de la emulación está siendo otro elemento muy importante. Reinaldo Robaina, José Luis Rodríguez Miranda y Guillermo Córdoba, desde sus responsabilidades fabriles y políticas dentro del Partido, el Sindicato y la UJC, respectivamente, figuran entre los promotores de esa competencia fraternal, cuyos ganadores son reconocidos diariamente en matutinos y murales. Hasta el pasado martes, el récord de tejas producidas en 12 horas lo tenía la brigada del turno A, dirigida por Yosvany Veloz, uno de los 31 militantes de la UJC en el centro. No hay rincón de la fábrica donde la presencia de los jóvenes no sea elevada. Ellos aprenden de los más veteranos, de hombres como Ismael Suárez Moya, Amado Alonso, Pedro Luis González Dueñas y tantos otros, con los cuales esta industria artemiseña consolida sus cartas de triunfo: la laboriosidad y el espíritu solidario de su colectivo. Para Pedro Enrique Domínguez, el director, el extra que están dando los más de 460 trabajadores de la empresa tiene un respaldo de excelencia en la planta de cemento del Mariel y en los transportistas de esa materia prima, de lo contrario el pasado 27 de noviembre no hubieran podido entregar los primeros cientos de metros de cuadros de tejas y canalones con destino a los territorios dañados por el Michelle. |
![]() |
|||
|