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30/11/2001
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Rechaza jefe de Alianza del Norte idea de restablecer monarquía en Afganistán

Contradictorias versiones sobre situación en Kandahar, bastión sureño de los talibanes. Continuarán los bombardeos de Estados Unidos en territorio afgano

ISLAMABAD, 30 de noviembre.—El jefe de la Alianza del Norte, Burhanuddin Rabbani, quien fuera el presidente antes de ser derrocado por la milicia talibán en 1996, rechazó hoy la idea de que se pueda restablecer el sistema monárquico en Afganistán, según un despacho de Notimex.

En conferencia de prensa en el Palacio presidencial de Kabul, Rabbani se mostró partidario de que se realicen elecciones y consideró que el sistema tradicional monárquico en Afganistán "no era práctico", en alusión al posible regreso del ex rey Zahir Shah, cuya figura es reclamada por algunos sectores afganos como un símbolo para unificar el país.

El consejero del ex monarca, Ishaq Nadiri, quien participa en la Conferencia sobre el futuro político de Afanistán que se celebra en Bonn, declaró la víspera que hay gran expectativa por el regreso del rey a Kabul.

Entretanto, en Washington, según AFP, el Departamento de Defensa aseguró que se está negociando la rendición de los talibanes en Kandahar, su bastión en el sur de Afganistán. Sin embargo, fuentes vinculadas a Rabbani señalaron que conquistar aquella ciudad, defendida por casi 20 000 hombres, no es como ocupar Mazar-i-Sharif o Kunduz, según un despacho de ANSA fechado en Moscú.

El secretario de la embajada afgana en Dushanbe, en Tajikistán, Shamsulak Orienfar, citado por la agencia rusa Interfax, subrayó que hay 13 000 talibanes y unos 6 000 mercenarios extranjeros en Kandahar.

La Alianza del Norte —agregó— rodeó la ciudad pero no está atacándola y fracasaron los intentos de diálogo con los representantes de los grupos de los a sí llamados "talibanes moderados", que rechazaron el ultimátum con el que se les pedía deponer las armas y dejar la ciudad.

También en Washington, de acuerdo con la agencia EFE, el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, en una conferencia de prensa en el Pentágono, dijo que Estados Unidos se opone a un hipotético acuerdo entre la oposición afgana y los talibanes que garantizara la seguridad del jefe de estos, el mulá Mohamed Omar, quien se encuentra en la ciudad de Kandahar.

Rumsfeld reconoció que las fuerzas sobre el terreno afrontan el problema de que no se sabe con precisión quién es quién entre los miles de prisioneros talibanes o de Al Qaida que hay en varios puntos de Afganistán.

Afirmó, asimismo, que "aún no tenemos a nadie bajo custodia", y que no sabe si las tropas norteamericanas han podido interrogar a Ahmed Abdel Rahman, presuntamente implicado en el atentado contra las Torres Gemelas de 1995. El vicepresidente, Richard Cheney, había declarado a la cadena ABC que Rahman es uno de los prisioneros de la oposición a los talibanes.

Kandahar —donde el número de infantes de Marina estacionado en las inmediaciones ronda ya el millar— y la zona que le rodea fue el objetivo de la mayoría de los 110 ataques aéreos realizados el jueves por los aviones estadounidenses, indicó el general Peter Pace, jefe adjunto del Estado Mayor Conjunto.

También se están bombardeando varios complejos de cuevas subterráneas donde supuestamente se encuentra un número importante de talibanes o combatientes extranjeros de Al Qaida.

DIFICULTADES PARA CAZAR A BIN LADEN EN LAS MONTAÑAS

Por otro lado, un despacho de AFP indica que harán falta violentos bombardeos seguidos de una intensiva operación en tierra para hacer salir a Osama bin Laden de la fortaleza de Tora Bora, su posible escondite, estiman expertos militares afganos.

Si se ha refugiado en Tora Bora, en las montañas del este de Afganistán, estimó Shanawaz Tani, un ex jefe del ejército afgano, buen conocedor de las regiones más inhóspitas del país, "no es imposible, pero será muy difícil llevar a cabo operaciones terrestres en esta zona". "Los bombardeos —añadió— pueden causar destrozos, pero no lo suficiente como para liquidar a los hombres escondidos en las cavernas".

Situada unos 50 km al sur de Jalalabad, en la frontera con Paquistán, en las salvajes y heladas Montañas Blancas, Tora Bora, cuyo nombre significa "polvo negro", sólo es accesible a pie y a caballo.

"Es una región poco poblada y que tradicionalmente atrajo a criminales y terroristas", declaró Tani. La fortaleza subterránea —situada a tres horas a pie del pueblo más cercano— se compone de una compleja red de entre 30 y 40 cavernas, unidas entre ellas por túneles, y son prácticamente invisibles desde el cielo.

Se estima que antes de lanzar una ofensiva por tierra, los ataques aéreos estadounidenses podrían destrozar un 70% de Tora Bora, cuyas cumbres están siempre cubiertas de nieve y abundan también las frondosas selvas y los desfiladeros.

30/11/2001

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