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Roberto Carcassés parte el alma DARNA M. QUEIROZ DESPUÉS DE haber soportado en silencio el ídem que prodigaron los periódicos de esta ciudad al grandioso concierto con que Giraldo Piloto clausuró el sábado 17 pasado la "Fiesta del Tambor", intento que no corra la misma suerte el que ofreció Roberto Carcassés este último domingo en la sala del Museo Nacional de Bellas Artes. Por cierto, son estas solo dos de las maravillas más recientes que nos está permitiendo disfrutar el bienvenido renacer de la más intensa actividad cultural en la capital. Con presencia más o menos evidente, Roberto Carcassés puede asociarse hoy a casi todo lo interesante que sucede en la actualidad musical nacional, entendida ésta como la música de primera calidad que se produce por músicos cubanos jóvenes dentro o fuera del archipiélago. Y... tantas moscas no pueden estar equivocadas. Presente en toda la producción de Santiago Feliú desde 1990, con papel protagónico en formaciones casi míticas —por excelentes y poco conocidas fuera de los circuitos "pro"— como Estado de Ánimo y Columna B, Carcassés (hijo) es, definitivamente ya, un imprescindible de la música cubana. Gema y Pável, Habana Abierta, Free Hole Negro, Sexto Sentido, Haydée Milanés, Lilliam, Yusa por sólo citar algunos, se consideran privilegiados de contar con su colaboración, como ejecutante, en los arreglos, en la producción o en la dirección musical. Menuda galería de nombres, para los avezados. Para colmo, Roberto es un excelente compositor e intérprete de jazz (género que me complazco en dejar sin apellidos desde que leí que un importante crítico francés asentado en Nueva York, se ha atrevido a declarar en un libro —que habrá que conseguir a como dé lugar— que "todo el jazz es latino"), lo que demostró con creces en el concierto del pasado domingo. De aperitivo, una improvisación tan coherente y hermosa como si fuera música compuesta con anterioridad, pero con la espontaneidad que corresponde, para continuar con tres temas solo al piano, de registros tan disímiles como Convergencia, de Bienvenido Julián Gutiérrez, Chega de Saudade, del brasileño Antonio Carlos Jobim y 5 x 4, de su amigo el trompetista Yosvany Terry. La dramaturgia del concierto fue sabiamente aderezada con dos canciones interpretadas, con un grado de calidez e intimidad como cantadas al oído, por Santiago Feliú (Las amargas verdades, de Sindo) y Haydée Milanés (Bem Bom, rara y hermosa canción de origen brasileño), con el solo acompañamiento del piano. La humildad con que Santiago, un grande indiscutible, se para a cantar al lado de Roberto Carcassés, es evidencia de respeto y amor casi filial. La elegancia y el "swing" de las interpretaciones de Haydée deberían ser motivo suficiente para que ya esa voz hubiese quedado registrada por alguna discográfica inteligente. El plato fuerte —los temas del propio Carcassés con el trío que completaban Oliver Valdés en la batería y Omar González en el contrabajo— mostraron a un Robertico compositor maduro y listo para ser incluso interpretado por otros, como un clásico creador de standards. Roberto domina el piano de jazz como pocos (lástima que el de esta Sala no esté a la altura), y su grado de complicidad con Oliver Valdés consigue momentos verdaderamente geniales en el joven baterista, sobre el que ya alguien tendrá que pronunciarse en justicia. Cuánta sabiduría para sólo 20 años... Omar, bajista habitual de Klímax, sale muy dignamente del reto y se le nota madera para la interpretación jazzística más íntima. Redoblante..., el gran final... Invitado de lujo: Samuel Formell en la batería. Quizás una buena parte de los músicos que están intentando hacer rap en Cuba se darían cuenta de por dónde deben ir "los tiros", si hubieran estado en el final de este concierto. "¿Quién dijo?", del propio Roberto, es uno de esos temas que pone a gozar al alma y al cuerpo a un tiempo, con un texto atrevido y desacralizador que no hace más que confirmar la profunda cubanía a ultranza de su autor, y donde Tellmari, de Free Hole Negro, se divierte, nos divierte y nos advierte que hacer rap es algo serio y lleva más que rap detrás de la cabeza. |
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