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29/11/2001
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Afirman que la CIA provocó masacre en cárcel afgana

LONDRES, 28 de noviembre.—Decenas y decenas de cuerpos humanos desmembrados, caballos mutilados y escombros aún humeantes fueron hallados por los periodistas y el enviado de la Cruz Roja que entraron en la fortaleza de Qalai Jangi, donde el domingo se rebelaron cientos de prisioneros talibanes no afganos.

Foto: AP Un soldado de la Alianza del Norte posa para los corresponsales extranjereros sobre los cuerpos masacrados de talibanes y de fuerzas foráneas que se les habían unido y que se encontraban detenidos en una cárcel de Mazar i Sharif.

La revuelta, en la que murieron todos los insurgentes —unos 500 entre árabes, paquistaníes, chechenos y miembros de Al Qaida— habría comenzado por la imprudencia de dos agentes de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), cuenta el enviado de The Times, Oliver August, en un artículo llamado "Un error de la CIA encendió la revuelta talibán que se convirtió en un suicidio masivo".

Según esa reconstrucción todo habría comenzado el domingo por la mañana, cuando dos agentes de la CIA —identificados como Michael y David— fueron sorprendidos mientras interrogaban a algunos prisioneros.

Michael le preguntó a un talibán por qué había ido a Afganistán y este le respondió: "Estamos aquí para matarte". Luego le saltó encima. Con su pistola, el agente de la CIA lo mató, así como a tres talibanes. Pero finalmente él también fue derribado y muerto a patadas y golpes.

También David mató a un prisionero antes de huir.

David llamó de inmediato con el teléfono satelital a la embajada norteamericana en Uzbekistán. "Creo que Michael fue asesinado. Perdimos el control de la situación. Envíen helicópteros y tropas", dijo.

Mientras tanto, los prisioneros se rebelaron y mataron a los 20 guardias de la Alianza del Norte que estaban en el edificio de los interrogatorios, les quitaron las armas y asaltaron el arsenal.
La revuelta había comenzado, y terminó —escribe The Times— "con una masacre de extranjeros realizada por afganos de la Alianza y dirigida por británicos y norteamericanos". Después de tres días de cruentos combates y masivos bombardeos norteamericanos, las últimas resistencias terminaron el martes en torno al mediodía.

Una columna de la Alianza del Norte retomó el control de la parte oriental de la fortaleza. "No tomaron prisioneros, ni corrieron riesgos. Un soldado disparó una granada contra un talibán muerto. Un combatiente talibán, probablemente un checheno, aún respiraba. Los soldados de la Alianza lo remataron a pedradas, contó el periodista.

REPORTAN OTRA MATANZA

Unos efectivos talibanes capturados por las fuerzas fieles a Gul Agha, ex gobernador de Kandahar de origen pashtun, fueron ejecutados la semana pasada en Takhta Pol (entre Kandahar y el límite paquistaní) ante los ojos de militares norteamericanos que filmaban la toma de esa localidad.

Un comandante mujaidín dijo que los talibanes se habían negado a rendirse. "Respondieron con arrogancia y no tuvimos elección. Ejecutamos a unos 160 talibanes que habíamos capturado. Fueron alineados y cinco o seis de nuestros combatientes les dispararon con artillería ligera", dijo la fuente.

Algo similar podría ocurrir pronto en el poblado de Spin Boldak, donde fracasaron negociaciones para la rendición de los talibanes que allí resisten los bombardeos de Estados Unidos y de la Alianza del Norte.

"Ahora no hay otra opción excepto la guerra", dijo a Reuters Gul Agha, cuyas tropas cometieron la masacre en Takhta Pol.

Mientras, informes de prensa reportan que las tropas especiales estadounidenses buscan a Osama bin Laden en las montañas de Tora Bora, a 80 kilómetros al sur de Jalalabad. También la búsqueda tiene lugar en las inmediaciones de Kandahar.

El periódico británico Daily Telegraph, en base a supuestas informaciones recibidas por un periodista afgano, afirmó que Bin Laden está atrincherado junto a cientos de seguidores en una fortaleza subterránea excavada entre las montañas de Tora Bora.

Bien lejos de la guerra, en Bonn, Alemania, el enviado especial de la ONU, Francesc Vendrell, descartó que la Conferencia sobre Afganistán logre un acuerdo y reconoció que será necesaria una segunda reunión para concretar el futuro gobierno de ese país.

El funcionario calificó de positivos los encuentros entre los cuatro grupos afganos reunidos en un castillo de Bonn, aunque indicó que ese clima puede cambiar en cualquier momento. Reconoció la existencia de diferencias sobre la forma que adquirirá el futuro Estado afgano, así como en cuanto a la distribución del poder, que buscan dirigir tanto el depuesto presidente Burhanudin Rabbani, como el ex rey Mohamed Zahir Sah, apuntó Notimex.

29/11/2001

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