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![]() De la Escalinata Universitaria a La Punta Condena estudiantil al crimen y la barbarie Antes de unirse al masivo acto de protesta y repulsa a la Ley asesina de Ajuste Cubano, los universitarios rindieron homenaje ayer a los 8 estudiantes de Medicina fusilados en 1871 Sara Más
Sendas ofrendas florales colocaron primero los jóvenes al pie del monumento a Julio Antonio Mella y de la tarja dedicada a José Antonio Echeverría, en las cercanías del recinto universitario, antes de desandar en marcha apretada San Lázaro abajo.
Entre consignas y banderas agitadas, con paso rápido y enérgico, llegaron los universitarios a la explanada de La Punta, justo donde se encuentra el Mausoleo erigido en recordación a los jóvenes fusilados bajo el mando de las autoridades coloniales, con la falsa acusación de haber profanado la tumba del voluntario español Gonzalo Castañón. Vestidos con pulóveres negros, los estudiantes cubanos gritaron ¡presente! ante la mención de Alonso Alvarez de la Campa, Carlos Augusto de La Torre, Pascual Rodríguez Pérez, Angel Laborde, José de Marcos Medina, Eladio González Toledo, Carlos Verdugo y Anacleto Bermúdez, a cuya memoria dedicaron además una ofrenda floral. Tres descargas de fusilería se hicieron escuchar junto a las notas del Himno Nacional. Una breve velada sirvió para conjugar el arte con el verbo agitador. Junto al canto y la danza de los estudiantes del Instituto Superior de Arte, se escuchó la voz de los dirigentes estudiantiles, que llamaron otra vez al combate. "Condenamos con firmeza el crimen y la barbarie", afirmó la presidenta de la FEU del Instituto Superior de Ciencias Médicas, Danay Saavedra, quien habló de la triste coincidencia histórica que ayer los reunía, "al recordar a las víctimas de uno de los hechos más arbitrarios y sangrientos de la historia colonial, cuando la Patria sufre nuevamente por la pérdida de sus hijos, entre ellos niños, arrebatados de una vida plena por la asesina Ley de Ajuste Cubano". Como una masa desbordante de sentimientos y valores calificó Hassán a la multitud de universitarios que luego se fundieron con el pueblo, en la marcha que colmaría más tarde el Malecón habanero. Inocentes fueron los jóvenes que murieron hace 130 años, les dijo Hassán, como inocentes son también las víctimas de la criminal ley que tantas vidas ha cobrado y alienta a la pesadilla de lanzarse al mar. Antes no le teníamos miedo a los voluntarios y su turba armada. Hoy mucho menos les tememos a quienes intentan tergiversar nuestra verdad y pretenden destruir la obra de la Revolución, de una Patria que se agiganta y multiplica su moral. |
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