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![]() Podemos y debemos trabajar todos los países para buscar oportunidades e introducir los cambios que se requieren VERSIÓN TAQUIGRÁFICA DE LA INTERVENCIÓN DEL VICEPRESIDENTE DEL CONSEJO DE ESTADO Y SECRETARIO DEL COMITÉ EJECUTIVO DEL CONSEJO DE MINISTROS, CRO. CARLOS LAGE DÁVILA, EN LA PRIMERA SESIÓN DE INTERCAMBIO ENTRE JEFES DE ESTADO Y DE GOBIERNO DE LA XI CUMBRE IBEROAMERICANA
Hay una crisis económica mundial que nos afecta a todos. En el caso de los ricos, menos; a los más pobres, más. En el caso de los ricos, ahora cambiarán el auto cada año y medio; en el caso de los pobres, habrá más hambre y más muertes por enfermedades curables. Repito que aunque la crisis está instalada, no es lo mismo para todos los países ni para todas las personas. La crisis no empezó el 11 de septiembre. La crisis se había iniciado ya con los primeros síntomas de la recesión de Estados Unidos y se agudizó, se profundizó, se aceleró con los sucesos del 11 de septiembre. El Presidente Fidel Castro la había anticipado desde hace muchos años. Ustedes seguramente lo recuerdan. Nosotros creemos que la situación económica y social de América Latina hoy no es mejor que cuando nos reunimos en Guadalajara, es peor. América Latina ha sido la región del mundo que con más rigor y disciplina ha aplicado las recetas neoliberales. Aquí se hizo todo: se privatizaron las empresas estatales, se liberalizaron los mercados, se redujeron los aranceles, todo lo que se recomendó se aplicó con rigor, con disciplina y extensión. ¿Cuáles son los resultados? El crecimiento de la década ha sido de 3,3 por ciento promedio y según un estudio de la CEPAL se necesita como mínimo un 6 por ciento de crecimiento para comenzar a reducir la pobreza. Es decir, hemos alcanzado apenas la mitad del crecimiento necesario para comenzar a reducir la pobreza. En el año 2000 había 197 millones de pobres en América Latina, hoy hay 224 millones de pobres en América Latina. Es decir, nosotros llegamos a esta cumbre después de 10 años con 27 millones más de pobres que cuando la cumbre de Guadalajara, y además el hecho cierto de que América Latina es hoy la región del mundo de más desigual yregresiva distribución de la riqueza. Las perspectivas para el año próximo de las instituciones financieras internacionales que suelen ser más optimistas de lo que después aconteció, es que el crecimiento de nuestra región será de alrededor del 1 por ciento. Yo coincido en que hay un momento nuevo, que hay circunstancias nuevas y oportunidades que hay que aprovechar y que podemos y debemos trabajar juntos no sólo los países de Iberoamérica, todos los países, para buscar oportunidades e introducir los cambios que se requieren en el actual orden económico internacional para poder avanzar. Ahora, creo que no debemos hacernos ilusiones, no vamos a convencer a los electores europeos de que les quiten los subsidios a las producciones agrícolas, no podemos nosotros intervenir en las campañas políticas de Europa. No vamos a alcanzar con ruegos cambiar la situación económica internacional. Hay una frase conocida que es: la máxima de los amos del mundo es todo para los amos y nada para los demás, y esa frase no es de Carlos Marx ni de Fidel Castro, es de Adam Smith. Es decir, que nosotros debemos aprovechar las oportunidades pero nosotros tenemos que actuar, tenemos que trabajar coordinadamente y tenemos que unirnos y tomar decisiones. Hay dos aspectos concretos que a mí me parece que merece la pena profundizar: uno, el asunto de la deuda. América Latina debe hoy 289 mil millones de dólares más que en el año 90. América Latina en esta década pagó su deuda dos veces y media, lo que pagamos en estos diez años es dos veces y media, repito, lo que debíamos en el año 90. El servicio de la deuda en el año 90 era de 50 mil millones de dólares. El servicio de la deuda en este año es de 168 mil millones de dólares, es decir, dedicamos el 36 por ciento de nuestros ingresos de bienes y servicios a pagar deudas, una deuda que ya en realidad no existe, ya nadie la tiene en sus libros, pero ese sería otro tema a discutir. Hemos pagado la deuda más de una vez y la deuda es un obstáculo real para el desarrollo. Ahora bien, hay un Club de París que es la reunión de los acreedores. Nosotros tenemos derecho a tener un club que puede llamarse de Lima, como club de deudores, es decir, para las negociaciones de la deuda los acreedores se juntan y establecen sus reglas de juego, discuten individualmente con nosotros. Nosotros discutimos por separado. Si al tema de la deuda no se le encuentra una solución, seguirá siendo un gravísimo obstáculo para el desarrollo con independencia de lo que se pueda avanzar en otros campos. Y el último punto, el del Acuerdo de Libre Comercio de las Américas. Nosotros, como ustedes conocen, no estamos de acuerdo con el ALCA. Hemos estudiado el contenido del ALCA, los nueve temas, la agenda, las posiciones de Estados Unidos sobre cada uno de estos puntos. No estamos en contra por razones puramente ideológicas, estamos analizando el ALCA desde el punto de vista económico. El ALCA plantea libre tránsito de mercancías y capitales y obstáculos crecientes para el tránsito de las personas. Así no es el acuerdo de la Unión Europea. El ALCA plantea cero arancel, pero cero fondos para equilibrar los diferentes grados de desarrollo de los países que se incorporan al Acuerdo. No está planteado el tema de la compensación de los diferentes grados de desarrollo que sí lo tiene planteado la integración europea. En el ALCA no hay una moneda común ni un banco común. Hay un curso, por lo menos desde nuestra apreciación, inexorable hacia la moneda de otro, de la economía más poderosa, y la Reserva Federal de Estados Unidos dictará entonces la política financiera de todos, sin que ellos nos pidan siquiera una opinión. El ALCA tiene todas las ventajas para un país rico y tiene todas las desventajas para los países más pobres. Lo que aquí se ha hablado de la necesidad de tener un pie en Europa, olvidémoslo si hay ALCA, tal y como está planteado el ALCA. Y del interés en fortalecer los mecanismos de integración regional, los acuerdos de Centroamérica, los acuerdos del MERCOSUR y otros, y fortalecerlos, no sería posible llevarlo a la práctica. Nosotros hemos sido, como ustedes conocen, críticos de las políticas neoliberales, y hoy podemos concluir que hay un fracaso de esas políticas. Yo me alegro de haber oído hablar aquí de solidaridad, de internacionalismo, porque esas palabras estaban casi borradas del lenguaje. Se dejaron de mencionar y se decía que con la liberalización, la competitividad, la estabilidad macroeconómica venía el desarrollo y con el desarrollo la eliminación de la pobreza. No se trata solo de una coyuntura en la que nos enfrentamos a una crisis económica mundial, sino que se trata de hacer una reflexión profunda de cuáles son los resultados de esta década para nuestra región y aprovechar, como aquí se ha dicho, las oportunidades que por distintas razones se crean en este momento; rectificar y unirnos como región antes de ir al ALCA, como único camino para la solución de nuestros problemas. Muchas gracias. |
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