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Vaticinan fin de consenso bipartidista en Congreso de EE.UU. WASHINGTON, 23 de noviembre (PL) Tras el anuncio de que el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, retomará la semana próxima su atrasada agenda doméstica, analistas políticos vaticinaron hoy el fin de la unidad bipartidista de los últimos dos meses en el Congreso.Según los expertos, el mandatario norteamericano intentará sacar provecho al apoyo que disfruta su gobierno entre la población norteamericana luego de los ataques terroristas del 11 de septiembre pasado, para presionar al legislativo y lograr la aprobación las medidas diseñadas por los republicanos. Antes de los trágicos atentados de Nueva York y Washington, el Congreso se mostraba reacio a aceptar el paquete de estimulación económica, las reformas educacionales y una iniciativa para entregar fondos a grupos religiosos promovidos por Bush. El temor de los analistas a que se rompa el consenso establecido entre ambos partidos en los meses posteriores a los actos terroristas esta también fundamentado en recientes declaraciones del vocero de la Casa Blanca, Ari Fleischer, quien advirtió que el "presidente trabajara duro" para imponer su agenda en el Capitolio. De todas las medidas, la relativa al paquete de estimulación económica es la más difícil, ya que el proyecto de ley fue aprobado por la Cámara de Representantes, pero se encuentra detenido en el Senado que tiene mayoría demócrata. Bush quiere recortar los impuestos y los gastos federales, mientras que los demócratas desean extender a 13 semanas más los beneficios a los desempleados, a quienes, según ellos, el gobierno debe pagarles, además, el 75 % del seguro médico. Esos legisladores también exigen 15 000 millones de dólares para gastos de seguridad doméstica. Según las encuestas, las prioridades presupuestarias de los demócratas son más populares entre la población que los recortes Impositivos de los republicanos. Las reformas educacionales, que proponen realizar pruebas a nivel nacional para medir el progreso de los estudiantes y exigen cerrar las escuelas que no cumplan los requisitos, prometen no ser motivo de tantas polémicas, agregaron los analistas. Sin embargo, existen discrepancias, porque el presidente Bush rehusa que sea el gobierno federal el encargado de pagar los gastos totales de la educación especial para niños discapacitados. En la actualidad, el senador republicano Rick Santorum trabaja junto a su rival Joe Lieberman para llegar a un acuerdo sobre un plan de la Casa Blanca para otorgar a los grupos religiosos un mayor acceso al dinero destinado a los programas sociales. Una versión anterior, que fue rechazada por la mayoría demócrata en el Senado, obligaba a las iglesias a competir entre ellas por los fondos federales y les permitía negarse a contratar a homosexuales.
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