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25/11/2001
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La firma de la Declaración de Lima

Un renovado compromiso con los valores
y principios que nos identifican

Amplio tratamiento a los principales problemas de la situación económica y el comercio en el mundo. Condena al terrorismo en todas sus manifestaciones y por quienquiera que lo cometa. Llama a Estados Unidos a derogar la Ley Helms-Burton. Ratificada República Dominicana como sede de la próxima cita. Considera Lage que hay contenidas ideas fundamentales que hemos estado defendiendo

LINO ORAMAS
Fotos: LIBORIO NOVAL
Enviados especiales de Granma

LIMA, 24 de noviembre.— La Declaración de Lima, sometida esta tarde a la firma de los máximos representantes de las naciones iberoamericanas en la XI Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno, renovó el "compromiso con los valores y principios que nos identifican" y reafirmó la "voluntad de fortalecer este foro de convergencia política".

El documento, diligentemente trabajado por los coordinadores nacionales y responsables de cooperación, con el visto bueno de los respectivos cancilleres, como en ocasiones anteriores, consta de dos cuerpos: uno en el que se aborda profusamente la situación económica internacional producto de la desaceleración a escala mundial y la falta de flujos de ayuda al desarrollo, junto a otros muchos aspectos de carácter político y social, a los cuales dedica 48 de sus 63 párrafos, y otro consagrado a la cooperación, que queda reafirmada como instrumento que contribuye el sentimiento de identidad iberoamericana, sin dejar de reconocer los aportes de diferentes organismos internacionales.

Asimismo, la XI Cumbre ratificó a la República Dominicana como sede de la próxima reunión de este carácter, en el 2002, y dejó expreso el agradecimiento al presidente Alejandro Toledo y al pueblo peruano por la cálida y amable hospitalidad recibida.

Al finalizar las jornadas de este sábado, también quedaron aprobadas una declaración contra el terrorismo, cuyo texto condena claramente este flagelo sin distinción de quién lo realice y contra quién se practique, tal como fueron las posiciones llevadas por Cuba el pasado año a Panamá, y otra sobre la situación económica y el comercio mundiales, ante la urgencia de una respuesta efectiva ante la crisis actual y sus efectos para el área.

Temprano en la mañana, se dio inicio a la sesión de trabajo de los Jefes de Estado y de Gobierno, tras un discurso del presidente Toledo, para dar paso a una presentación del embajador Jorge Alberto Lozoya, secretario de Cooperación Iberoamericana.

Según el programa, después hicieron sendas intervenciones sobre la situación del comercio y la economía internacionales, Nicholas Stern, vicepresidente del Banco Mundial, y José Antonio Ocampo, secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe. Luego, los máximos representantes de las 21 naciones concurrentes dieron curso a la parte reservada de la reunión.

LAS IDEAS FUNDAMENTALES QUE HEMOS ESTADO DEFENDIENDO

En una valoración previa, en breves declaraciones a la prensa cubana, Carlos Lage, vicepresidente del Consejo de Estado y secretario ejecutivo del Consejo de Ministros, quien encabeza la delegación de nuestro país, señaló que en los documentos de esta Cumbre están contenidas ideas fundamentales que hemos estado defendiendo.

En el tema de la situación económica internacional, se recogen ideas que ha estado planteando nuestro Comandante en Jefe en todos estos años. Es decir las condiciones prácticamente imposibles para el desarrollo que le imponen a los países subdesarrollados las exigencias del Fondo Monetario Internacional y de las políticas de los países más desarrollados.

Después de 10 años de aplicación de políticas neoliberales –dijo- las circunstancias en que se encuentran los países en particular de nuestra región, son de muchas más dificultades e inconvenientes para alcanzar el desarrollo.

Asimismo, en el tema del terrorismo, en lo esencial mantiene la posición que defendió Cuba en la pasada Cumbre. Tenemos muchos argumentos, muchos elementos para sostener esa posición a partir de la propia experiencia de terrorismo contra Cuba a lo largo de más de 40 años de Revolución.

POSITIVA DECLARACIÓN

La Declaración Final fue calificada como positiva tanto por Carlos Lage, como por el canciller Felipe Pérez Roque.

Se reafirma ante los nuevos desafíos que se enfrentan, la "voluntad de construir unidos un futuro de paz, mayor bienestar e igualdad social para todas nuestras naciones en el marco del desarrollo sostenible".

Un párrafo significativo, el 24, que según había adelantado el Canciller cubano, motivó el apoyo expreso de más de 10 países, lo cual adquiere una mayor importancia en estos momentos en que faltan unos días para que se lleve nuevamente al seno de la Asamblea General la resolución contra el bloqueo que desde hace varios años aprueba una abrumadora mayoría de naciones, fue el relacionado con este asunto.

Así dice textualmente: "Reiteramos nuestro enérgico rechazo a toda aplicación unilateral y extraterritorial de leyes o medidas nacionales de un Estado que infrinjan el Derecho Internacional e intenten imponer sus propias leyes y ordenamientos en terceros países. En ese sentido, exhortamos al gobierno de los Estados Unidos de América para que ponga fin a la aplicación de la Ley Helms-Burton, de conformidad con las resoluciones pertinentes de la Asamblea General de las Naciones Unidas".

El párrafo número 2 expresa: "Los valores y principios compartidos que nos identifican conforman el acervo constitutivo de nuestra comunidad, y son coincidentes con los principios universales de la Carta de las Naciones Unidas, en especial, la soberanía, la integridad territorial, el no uso o amenaza del uso de la fuerza en las relaciones internacionales, la no intervención, la igualdad jurídica de los Estados, así como el derecho de cada pueblo a construir libremente en paz, estabilidad y justicia, su sistema político y sus instituciones, y el respeto y la promoción de los derechos humanos. Igualmente, compartimos el firme compromiso con la democracia".

En otros de sus enunciados, el documento se refiere al compromiso de proteger, promover y garantizar todos los derechos humanos, incluido el derecho al desarrollo, especialmente en los países con mayores índices de pobreza, la protección de las mujeres y los niños, y condena toda forma de discriminación, racismo, xenofobia y otras formas conexas de intolerancia. La educación –dice otro de los párrafos- constituye un derecho fundamental y elemento clave para el desarrollo sostenible "y constituye un medio indispensable para la participación en los sistemas sociales y económicos del siglo XXI".

En la parte dedicada a los inmigrantes, expresa la voluntad de luchar contra el tráfico de personas, que afecta particularmente a niños y mujeres.

"Reafirmamos –expone el párrafo 20- el compromiso de combatir el terrorismo en todas sus formas y manifestaciones dondequiera que se produzcan y por quienquiera que las cometa, de no prestar ayuda ni refugio a los autores, promotores o participantes de actividades terroristas y de fortalecer las legislaciones nacionales de manera de evitar la impunidad, orientándolas a erradicar este tipo de actos que atentan contra la paz y la democracia, asegurando el sometimiento a juicio o la extradición de estos, de conformidad con la legislación de cada país y los acuerdos internacionales sobre la materia".

También recoge el combate a la producción, tráfico, distribución y consumo de drogas; la lucha por la erradicación del hambre en el mundo; el combate a la pobreza y la exclusión social.

(Más información)

25/11/2001

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