del lenguaje

Celima Bernal

Conozco a una persona muy simpática que habla a lo cubano, de una forma gráfica. Ayer contaba: "Me acosté temprano. Me desperté a las dos con inquietud, porque tenía que resolver ese asunto; luego cogí un repelón hasta las cuatro. Abrí los ojos de nuevo y otro repeloncito hasta las cinco. Me levanté al fin. Hice los tramiticos que se hacen por la mañana; sí, un ritual. Salí con el Sol afuera ya; llegué que era un cabo de vela, y las gotas de sudor, de a dedo. El bufete —¿podrás creer?— no abría ese día. Volví a casa —te imaginarás— como el perro que tumbó la olla". Por cierto, repelón existe.