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09/11/2001
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Esfuerzo habanero para producir más alimentos en breve plazo

María Julia Mayoral

Para hacer frente a las pérdidas agrícolas provocadas por el huracán Michelle, en La Habana sembrarán durante esta campaña de frío, desde noviembre hasta principios de abril, unas 1 700 caballerías adicionales con cultivos de ciclo corto, de forma tal que la población de esa provincia y de la capital no carezca de los suministros mínimos de viandas y hortalizas.

Foto: JORGE LUIS GONZÁLEZLuciano Rodríguez en su decir campesino manifestó que este es el momento de encender la chispa para producir más.

En tal situación emergente, la dirección del Partido en ese territorio, encabezada por el primer secretario, Pedro Sáez, empezó a contactar con productores estatales, campesinos, jefes de entidades, delegados de circunscripción, dirigentes de las organizaciones de masas, de la CTC y el Poder Popular en cada uno de sus 19 municipios, recabando el mayor esfuerzo y contribución por parte de todos. Ayer tuvo lugar el debate con los cuadros de Nueva Paz, San Nicolás de Bari, San José de las Lajas, Madruga, Jaruco y Santa Cruz del Norte.

En cada localidad se precisó cuánto más es posible hacer, contando no solo con el aporte de las empresas, las UBPC (Unidades Básicas de Producción Cooperativa) y las cooperativas (CPA y CCS) dedicadas a los cultivos varios, sino también de las restantes organizaciones en la Agricultura, de las dependencias del Ministerio del Azúcar y otros centros laborales, unido al fomento de la agricultura urbana y las siembras que las familias podrían emprender en los patios de sus casas.

Según explicó Alcides López Labrada, delegado de la Agricultura en La Habana, en la campaña de frío serán sembradas un total de 3 500 caballerías, entre ellas las de maíz, frijoles, plátano, boniato, calabaza, tomate, yuca y pepino. Sobre la papa, en particular, indicó que las demoras provocadas por la lluvia en el proceso de siembra no traerán mayores contratiempos, por lo cual no renuncian a plantar 350 caballerías del tubérculo, a partir de la segunda quincena de noviembre, ni a obtener 10 000 quintales de rendimiento por cada una.

El Michelle dañó en La Habana, con distintos grados de intensidad, unas 533 caballerías de plátano: significa que se dejarán de cosechar por esa causa aproximadamente un millón y medio de quintales; si a ello unimos las afectaciones a otras plantaciones, así como lo ocurrido en otros territorios que tradicionalmente aportan alimentos a la capital, podrá entenderse mejor la trascendencia del llamado partidista, cuando es sabido además que la provincia habanera constituye un puntal clave en los suministros de productos agrícolas para unos tres millones de personas residentes en sus 19 municipios y en los 15 de Ciudad de La Habana.

En relación con el plátano las orientaciones fundamentales fueron trabajar con celeridad en aras de recuperar las áreas posibles, empleando las técnicas de laboreo mínimo; avanzar, al mismo tiempo, en el cuidado de las plantaciones de fomento (las más jóvenes y menos dañadas) y en la demolición de aquellas con alto grado de afectación con vista a su rápida resiembra, aprovechando además los hijos (semillas) de esas matas para que muchas familias puedan sembrarlas en sus patios.

De tales detalles fueron informados hasta los cuadros de base en los CDR, los delegados de circunscripción y presidentes de consejos populares, pues el asunto requiere no solo la intervención de las entidades y cosecheros especializados, sino también de la comunidad.

En todas las reuniones los productores ratificaron su decisión de entregar las cantidades pactadas de quintales, a cuenta de mantener elevados rendimientos donde es posible y de incrementar, a la vez, la cifra de caballerías en régimen de secano para compensar los efectos del huracán.

Pedro Sáez solicitó multiplicar el trabajo, el cumplimiento de las ventas al Estado por intermedio de Acopio, así como la cooperación y la unidad, sin andar con desesperos o desorden. En particular, pidió a los cuadros mantener un estricto seguimiento de cada faena, pero no mediante reuniones o revisando datos en papeles, sino palmando las realidades en el terreno.

Para el también miembro del Buró Político del Partido, las posibilidades de éxito están dadas pues hay entusiasmo, interés, preparación y experiencia. En lo fundamental, indicó, no contaremos con más recursos: combustible, fertilizantes industriales... Los resultados dependerán en buena medida de la eficiencia pues —ejemplificó—, mientras, en condiciones similares, unos gastan cuatro litros de combustible para producir un quintal de viandas y hortalizas, otros consumen la mitad.

Además, con solo una mejor gestión, las familias podrían recibir mayores frutos, en tanto, en algunos lugares no siempre lo producido llega al Estado, según se convino.

Al decir del campesino de Nueva Paz, Luciano Rodríguez, de la finca Jagüeicito, es hora de encender la chispa, ese fue el sentimiento que primó en todos los encuentros sostenidos con la dirección del Partido.

09/11/2001

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