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Sospechas sobre muertes en Ecuador por fumigaciones del Plan Colombia QUITO, 9 de noviembre (PL). — La incidencia del Plan Colombia en Ecuador, en particular las fumigaciones contra la coca, adquiere hoy nuevos ribetes en este país por la sospecha de que hayan muerto cinco personas debido a efectos de los químicos aplicados. Informes difundidos en esta capital señalan que una brigada médica se desplazó a la comunidad de Tobar Donoso desde Tulcan, cabecera de la provincia de Carchi, fronteriza con Colombia, 245 kilómetros al norte de esta capital, en busca de pruebas. Las fuentes indicaron que el objetivo es determinar la muerte de cinco personas presuntamente a consecuencia de las aspersiones, supuestamente con glisofato, realizadas dentro del plan contrainsurgente y antidrogas que auspicia Estados Unidos en el país vecino. Señalaron que entre las víctimas, de la comunidad indígena awa, figuran tres menores. Residente de un poblado cercano, Rosalva Villareal declaró haber observado desde la localidad colombiana de Llorente, donde estaba de visita, "como caía un polvo blanco desde el cielo a toda la zona", y que pocos días después comenzaron los problemas. Villarreal aseguró haber visto como en Miraba, también al otro lado de la frontera, "unas personas quedaron como locas y otras como inválidas" luego de las fumigaciones aéreas, que afectaron —añadió— plantaciones de plátano en Tobar Donoso. La denuncia en esa comunidad fue hecha mediante carta por miembros de los awa a la dirección de Salud y al jefe militar de la zona, mayor Galo Molina, en la que afirman hay otras personas allí que presentan síntomas de vómitos, diarrea y fiebre debido a los químicos. Autoridades civiles y militares ecuatorianas y colombianas han descartado daños a los pobladores y plantaciones por los productos empleados, frente a numerosas denuncias formuladas en Carchi y la vecina provincia amazónica de Sucumbios. En ambos territorios, incluso las autoridades seccionales han llamado a detener el Plan Colombia, pues además de los daños de las fumigaciones ha creado un ambiente de grave inseguridad y violencia nunca antes conocidos, debido a las acciones bélicas en la nación vecina. Sin embargo, el comandante del Ejército en Tulcan, coronel Wagner Bravo, descartó que las muertes entre los awa sean resultado de las aspersiones, y manifestó que era difícil conocer o conducir pruebas sobre las causas de los decesos. |
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