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Cuba 9
y Australia 5 Australia, tal vez el país de más rápida evolución en resultados dentro del béisbol a nivel mundial, sintió el peso de toda la potencia del equipo cubano, guiada por sus artilleros de más calibre, Antonio Pacheco y Omar Linares, para apuntalar la excelsa faena del relevista Pedro L. Lazo, quien rubricó la tercera victoria consecutiva de la mayor de las Antillas en la justa del planeta que se celebra en Taipei de China. Fue justamente el dúo Pacheco-Linares, que empujó siete de las nueve anotaciones caribeñas, lo mejor que le ha ocurrido a la selección cubana desde que emprendió su preparación de cara a esta lid. Y no solo porque inclinaron la balanza ante los australianos, sino, y más importante, por lo que representan ellos en las aspiraciones de conquistar el cetro del orbe número 23 en un certamen que desde mucho antes que viera el primer strtike ya se tornaba como el más difícil de la historia mundialista. Dos boletos consecutivos y un jit le bastaron a Australia para marcar, en el segundo inning, la primera del desafío ante un Maels Rodríguez que se presentó con todos sus atributos, buena velocidad (alrededor de 94-95 millas por hora), aceptable slider y sorprendente cambio de velocidad, pero también llevó hacia la lomita lo que parece ser su peor defecto: no lograr una buena estrategia frente a cada bateador, lo cual hace que trabaje en exceso. Esa poca economía de lanzamientos, para llamarle de alguna forma, se tradujo en un rápido agotamiento que si bien no se expresó en lo físico sí melló su paciencia y por supuesto, su plan táctico ante cada rival. Ilustremos solo con dos cifras. En el tercer capítulo llegó a 23 envíos y cuando cerró el tercero tenía acumulado 48. Compare: José A. Contreras ante Canadá realizó en todo el choque 104 lanzamientos... Sin comentarios. Aunque son números, avalan nuestro criterio de que demoraron mucho su salida del box, incluso ya en el sexto capítulo, que no debió abrir, pues arribó a él con evidentes síntomas de que no podía poner la pelota donde quería. En esa entrada aceptó tres imparables, uno de ellos en toque de bola, además de regalar su quinta transferencia. Tal abanico de posibilidades para el contrario se complicó tras el batazo de Paúl González —con hombres en primera y tercera y un out—, en el que increíblemente decretaron quieto al corredor que salió de la inicial. Aunque el out de oficio no es un out, el torpedero Germán Mesa, sí tuvo la bola en su guante con el pie en la almohadilla en las propias narices del juez. En total, el racimo llegó a cuatro y los australianos se fueron delante en el marcador, al tiempo que a la dirección cubana no le funcionaron sus relevos, primero Vickyohondri Odelín y luego Lemay de la Rosa. Fue Pedro L. Lazo, quien puso el freno a los canguros. Antes, y después de once hombres retirados consecutivamente por el zurdo Brendon Thomas, de buen control y curva lenta, Luis Ulacia prendió jit al izquierdo en el cuarto episodio y anotó por doble de Omar Linares, quien fue remolcado por el jonrón de Antonio Pacheco. En el quinto, José Estrada consiguió imparable al centro y tras robar segunda, Ulacia lo fletó para la cuarta carrera. Con el desafío 5-4, Orestes Kidelán logró su primer jit del partido y nuevamente el bate de Pacheco rechinó la Mizuno 150, en esa ocasión contra la barda del bosque izquierdo empatando el encuetro en el octavo ante el tercer lanzador australiano Matheus Wilkinson. El séptimo, sin contratiempos lo había tirado Osping, también derecho y de buena velocidad. Ya desde el sexto acto, Pedro L. Lazo iba encargándose de los bateadores australianos, quienes en tres y dos tercios frente al espigado moreno pinareño se tomaron siete ponches y solo pudieron pisar la inicial dos veces. En el séptimo por pelotazo Finglenson y en el noveno por jit de Wilson. La decisión aguardó hasta la parte alta del inning nueve, abierto por Michel Enríquez con incogible al central y tras el sacrificio de Yasser Gómez pasó a segunda. Vino entonces la decisión de pasar intencionalmente a Rolando Meriño que salió a batear por José Estrada. Eduardo Paret, defendía desde el séptimo, peleó una base de mil quilates y con el pelotazo a Ulacia entró la que le hacía falta a Lazo. Sin embargo, con los ángulos repletos, Omar Linares disparó tubey por el jardín izquierdo que completó el rácimo de cuatro, y el colapso de Australia frene a los envíos de cuarto pitcher de Australia, Bevis. SABIA CONDUCCION Al margén de la observación sobre la demora en extraer a Maels del montículo, el colectivo de dirección que comanda Higinio Vélez tomó decisiones sabias y muy atinadas, que también se volcaron en la pizarra. Algunos piensan que debió sustituir a Maels por Lazo. Sin embargo, pese a la amenaza (bases llenas, un out y el marcador 4-3), tanto Odelín, como Lemay tenían la misión de retirar a un hombre, un derecho para el primero, y un zurdo para el habanero. Si hubieran cumplido, lo cuestionable podía ser entonces no traer a Lazo para el último tercio del duelo. Pero donde más preclaro estuvo el mentor Higinio Vélez fue en los cambios de la séptima entrada, que si bien no produjeron carreras en ese momento sí se reflejaron en el decisivo noveno capítulo, a tal punto de que cuatro de sus cinco sustituciones (Michel Enríquez, Yasser Gómez, Rolando Meriño y Eduardo Paret) se reportaron en tres de las cuatro anotaciones de ese último inning. Vélez combinó sus emergentes para que los cambios a la defensa le dieran un vuelco a su alineación... y se anotó un jonrón tan largo como el de Pacheco. LOS MAS DESTACADOS Antonio Pacheco: jonrón, tubey y jit en cinco turnos, con una anotada y tres impulsadas. Omar Linares: dos tubeyes en cinco salidas, con una anotada y cuatro impulsadas. Luis Ulacia: dos jits en cuatro turnos, dos anotadas y dos impulsadas. Pedro L. Lazo: lanzó tres y dos tercios, se enfrentó a 13, ponchó a siete, toleró un solo jit, dio un bolazo, no regaló bases. Por Australia, Gerry Williams: dos jits en tres turnos, con dos impulsadas. Brendan Kingman: un jit en tres turnos, con dos anotadas. |
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