![]() |
|
|
![]() La Habana Levantarse y seguir palante Se trabaja en el acopio de los racimos en las plantaciones de plátanos dañadas. La siembra de frío no tendrá afectaciones sensibles. Consagración y optimismo de los agricultores ante la adversidad ROGER RICARDO LUIS "Ahora no se trata de lo que el viento se llevó, sino de lo que hay que hacer para levantarse y seguir palante", dice Adalberto sin dejar de cortar los racimos de plátanos que Michelle dejó en el piso o las matas que removió del plantón y que en lo adelante no rendirán lo previsto.
En la Empresa de Cultivos Varios de Güines no hay tiempo para las lamentaciones por las cuantiosas pérdidas en el plátano donde se cayeron 37 caballerías en producción de un total de 57 que tiene dedicada esta entidad a esas plantaciones, lo cual se traduce en 66 500 quintales del alimento y representa el equivalente a seis meses de disponibilidad.
Esta entidad, junto a las de Nueva Paz y Melena del Sur, es de las más perjudicadas de la provincia de La Habana donde se estima que el 79 por ciento de las áreas de dicho cultivo tienen severos daños, tanto en sus áreas en producción como de fomento. Ello significa afectaciones en 533 caballerías. En este cultivo ya se venían logrando crecimientos sostenidos en todas las empresas del territorio a partir de lograr mejores rendimientos por caballería y a la estabilidad alcanzada tras el paso de ciclones como el Lily, en 1996, y el Irene, en 1999 que también causaron daños de consideración en las plantaciones plataneras. Los estimados señalan que Michelle deja en La Habana un déficit de un millón de quintales de plátano que deberán suplirse con la siembra de cultivos de los denominados ciclo corto como maíz, boniato, calabaza, tarea que debe acometerse sin perjudicar la tradicional gran siembra de frío. En la Empresa de Cultivos Varios de Güines, como en sus similares del territorio habanero, se está trabajando intensamente en la recolección de los racimos de plátano, en su clasificación y acopio para ser despachados de inmediato para el consumo de la población, principalmente de la capital que es la gran receptora y consumidora de la agricultura habanera. La experiencia alcanzada en todos estos años en el cultivo de la vianda o fruta preferida por los cubanos, incluyendo, desde luego, las enseñanzas que han dejado otros ciclones a su derrotero por la provincia hacen previsible una acción más efectiva en la recuperación platanera, tanto en la evaluación de los daños y las acciones a emprender en el surco. Junto a la recolección del plátano también se trabaja en la restauración de los sistemas de riego, la demolición de los campos que lo requieran y, de inmediato, se pasará a la resiembra. El reto que asume nuevamente la agricultura habanera es importante. Por suerte, Michelle en este territorio, no dejó grandes daños a la inminente arrancada de la siembra de frío, salvo afectaciones menores y, al parecer recuperables, en semilleros, entre estos, de frijoles, tomate, cebolla. En Güines se percibe ese nivel de compromiso. Ante las circunstancias adversas, los campesinos, los obreros agrícolas están trabajando desde el amanecer hasta que hay luz en los campos. Columnas de bicicleteros y de gente a pie se vieron en la madrugada camino de las UBPC; luego, sin desmayo, dentro de las plantaciones devastadas cuando el sol picaba fuerte al mediodía y el oreo proyectaba un vapor de sauna. Adalberto, un campesino curtido, tal vez de 60 años de edad, hace un alto, toma aire y observa el platanal que tiene patas arriba y exclama: ¡Familia hay que apretar el paso que el 15 estamos sembrando papa! |
![]() |
|||
|