![]() |
|
|
![]() A resguardo más de 600 mil personas en apenas 48 horas ORFILIO PELÁEZ El teniente coronel Astull Castellanos, especialista del Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil, no se cansa de repetir que ante una amenaza de catástrofe natural por lluvias intensas o huracanes, siempre será mejor apostar por la prevención oportuna de los daños. Y es que según sus propias palabras, el concepto de Defensa Civil en Cuba es diferente al aplicado en otras geografías, pues en nuestro medio "se basa en el cumplimiento de todo un conjunto de medidas de protección previamente planificadas y ensayadas, cuyo propósito es preservar las vidas humanas y sus bienes, la infraestructura y la economía nacional, contra todo tipo de desastres". Por supuesto, precisa Astull, este esquema teórico no funcionaría jamás en la práctica si no fuera por nuestro sistema social, donde todos los recursos del Estado, incluidos los de las Fuerzas Armadas y el Ministerio del Interior, se movilizan en función de esos nobles objetivos, sin olvidar la actitud solidaria del pueblo que sabe responder de manera ejemplar frente a situaciones de extremo peligro. Desde el punto de vista funcional, las medidas de la Defensa Civil se planifican, organizan y se ejecutan por los órganos y organismos estatales, las entidades económicas de todo tipo y las instituciones sociales, y por su estricto acatamiento responden sus máximos dirigentes. Esto, precisó Astull, abarca las industrias, empresas agropecuarias, escuelas, hospitales, hogares de ancianos, centros educacionales y culturales, almacenes, fábricas, cooperativas y cualquier otro tipo de entidad, cuyas autoridades ya saben de antemano qué hacer frente a situaciones de emergencia. Por ejemplo, ahora con el paso del huracán Michelle, hasta en el más recóndito rincón del Escambray, cada Consejo de Defensa, al disponer de sus propios planes de protección y salvamento, tuvo la autoridad para comenzar a ponerlos en práctica cuando la situación así lo requirió, sin esperar por una orientación del mando central, acotó. "Otra característica de nuestro sistema de DC es que el mismo está insertado dentro de la política de desarrollo económico trazada por el Gobierno. Así cuando Fidel concibió el programa de construcción de presas, lo hizo con la idea de no solo garantizar agua potable para la población y el riego, sino también pensando en el control de las inundaciones". Lo mismo ocurre con la política de viales e impulso a las comunicaciones, pues también están diseñados teniendo en cuenta el poder llegar a cualquier lugar y evacuar a las personas en peligro, así como llevar las orientaciones y medidas preventivas hasta el último rincón del país. Astull calificó de muy bueno el funcionamiento del sistema informativo ante la amenaza y posterior azote del huracán Michelle a la zona occidental y central del país, incluido el aporte de los medios de difusión, y la agilidad con la cual la mayoría de los territorios adoptaron las medidas recomendadas, al extremo de evacuarse 604 681 personas en todo el país (hasta las 8 de la noche de ayer), en apenas 48 horas, sin lamentar ningún accidente. Unicamente un país organizado y preparado puede exhibir semejante resultado. Solo un lugar donde la solidaridad humana y la vida del hombre prime por encima de cualquier otro interés, es capaz de poner en funcionamiento semejante engranaje. Garantizar alimentos y atención médica a todas las personas evacuadas, convertir escuelas, instituciones estatales o sociales y centros fabriles en hogares de tránsito, ver a los agentes de la policía desafiando las inclemencias del tiempo para preservar los bienes de quienes tuvieron que abandonar sus hogares, y gente de pueblo corriendo riesgos para tenderle una mano al vecino, es algo inédito en otras latitudes, pero totalmente cierto en este caimán del Caribe. |
![]() |
|||
|