El Plátano, su paraíso recobrado

Yaimara González Gastelúa

Cuando Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Noel Nicola, Sara González y otros muchos, no eran más que unos muchachos inexpertos insertos en un serio movimiento en el cual existían dos únicos mandamientos: tocar la guitarra y cantar con el corazón; hubo un ser que vio mas allá y concibió la única manera de dejar constancia de aquellos hechos mediante la fotografía.

Luis Hernández, conocido por todos como El Plátano, nos regala una exposición, 30 años después de aquellas primeras fotos, donde una primigenia generación de trovadores, ayer intransigentes y hoy necesarios, se dejaban retratar de cualquier manera, siempre y cuando estuvieran frente al lente de la vieja Leica del Plátano.

La delegación de SGAE en Cuba, le cede su espacio a esta muestra en blanco y negro, coloreada por fragmentos de un tema que Carlos Varela le dedicara al artista, pensando quizás en retribuirle al Plátano, ese espacio, siempre vacío, que lo esperaba con infinita fidelidad.

Estos retratos son los únicos que no colapsaron frente a ese huracán llamado tiempo; esperemos, para nuestro bien, que no sean los últimos.