Con ayuda estatal y presencia de pueblo

Derechazo al deterioro en áreas deportivas

Devueltas a la vida —y por la vida—, en Las Tunas, alrededor de 80 instalaciones y áreas donde voluntaria y masivamente la población solía concurrir. A la "caza" del "secreto" otras provincias ya

Pastor Batista Valdés

LAS TUNAS—Como en otras provincias, antes de 1990 aquí no solo había un ascendente interés popular hacia la práctica masiva del deporte, sino también una buena infraestructura de instalaciones que favorecían al movimiento deportivo voluntario a pie de barrio, escuelas, centros laborales...

Contar con áreas aptas es imprescindible para devolverle la vitalidad al movimiento deportivo voluntario.

Solo los complejos rústicos —según explica el licenciado José Robinson Pérez, subdirector de cultura física en la dirección provincial del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER)— llegaron a sumar 185, el grueso de los cuales se fueron deteriorando en la última década por razones que van desde el intenso uso (con poco o ningún mantenimiento), hasta el desuso total o su empleo con otros fines.

Acerca de esas y otras realidades arrojó más luz, orientaciones y sobre todo acciones, un análisis realizado por el Buró Provincial del Partido desde el pasado año, minuciosamente seguido desde entonces, tanto por ese órgano de dirección como por el Gobierno del territorio y, por supuesto, por los dirigentes y especialistas deportivos.

Y es que imaginar que con sus escasos recursos el INDER podría darle una estocada a fondo y revertir individualmente la preocupante situación de las áreas deportivas, hubiera sido algo así como un swing con todo el cuerpo que a la postre terminaría en fao fly a las mallas.

LA TÁCTICA DEL COMBATE

Si tareas no menos complejas han sufrido un vuelco total aquí con participación de las masas y cooperación de empresas y organismos, ¿por qué no aprovechar en este caso también esa experiencia acumulada al respecto?

La táctica prendió. Con su propio personal, ayuda en la medida de lo posible y una buena carga de motivaciones, escuelas, cooperativas, vecinos y colectivos laborales empezaron a "mover las piezas".

Atenazados hasta entonces por la inactividad, la hierba y el olvido, las primeras canchas de voleibol y baloncesto, terrenos de fútbol y de pelota (básicamente) empezaron a recuperar su fisonomía y razón de ser.

De acuerdo con datos ofrecidos por Robinson, cerca de 80 áreas ya han sido rescatadas en toda la provincia y se trabaja en otra apreciable cantidad. "A pesar de nuestras limitaciones materiales —explica— hemos estimulado a las instalaciones donde mejor marcha la tarea; ¿de qué modo?: entregándoles un balón de fútbol o de baloncesto o una ned de voleibol".

Como oportuno soporte, en lugares como Manatí, se han empezado a fabricar con esfuerzo local guantes de pelota, a partir del cuero de ganado ovino y vacuno, tejen mallas y hasta se habla de trajes deportivos.

Todo ello ha hecho que especialistas de varias provincias hayan llegado hasta Las Tunas para constatar y asimilar experiencias en torno a esa participación popular y estatal en el rescate de áreas e instalaciones para revitalizar progresivamente el movimiento deportivo entre la población.

Muchísimo falta aún por hacer, tanto en las acciones concretas de cooperación, rescate de instalaciones, empleo de ellas y motivaciones generales, como en el cuidado que individual y colectivamente habrá que tener para que a la vuelta de cierto tiempo no hayan vuelto "a la lona".

De todos modos allí, donde las cosas han empezado a cambiar, algo dice que van bien, que no debe haber retroceso y que es posible por esta vía ponerle de nuevo en las manos a niños, jóvenes, adultos y abuelos algo que siempre van a agradecer: reverdecidas opciones para emplear mejor su tiempo libre y para darle vida a algo tan preciado como la salud.