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Deporte para multiplicar la calidad de vida Oscar Sánchez No hay dudas de que la gente de Caimanera pertenece a una estirpe brava, aguerrida, y, como ninguna, comprometida con sus principios. Un paisaje casi desértico, con algunas zonas en las que la lluvia ha faltado por más de dos años; comunidades muy jóvenes como grupo social, además, muy distanciadas entre unas y otras, y una ilegal Base Naval de Estados Unidos en su territorio, son los primeros signos que muestra esa geografía guantanamera de 362 kilómetros cuadrados, en los cuales habitan alrededor de 11 100 habitantes.
Sin embargo, es mucho más que la mayor productora de sal del país. Hasta allí han llegado todos los programas de la Revolución, y el deporte no solo ocupa un lugar destacado, sino que está llamado a redoblar su protagonismo. Cierto que necesita un mayor número de fuerza técnica, mas no por eso el movimiento de la cultura física se ha detenido. El profesor Eddy Durán Charles, de la comunidad de Cayamo, que ha hecho de la recreación un sello tanto para los 136 alumnos de la escuela de la zona, como para los más de 900 pobladores de esa localidad, da fe de la importancia del movimiento deportivo allí. "Es decisivo lo que podamos hacer. En la escuela organizamos todo tipo de actividades, desde juegos predeportivos hasta una competencia de atletismo o baloncesto. Son vitales las actividades de participación, es decir, donde intervienen la mayor cantidad de niños. Los programas A Jugar son muy útiles, igual que los Festivales Deportivos para el resto de la comunidad. La gente necesita de estas cosas, porque están entre sus preferencias y porque nos es imprescindible en una zona tan apartada como en la que vivimos", dice el técnico.
Caimanera aporta una fuerza especial para el movimiento deportivo, y es que en un lugar donde el CDR es la organización de primera fila —no por gusto recibió la condición de Vanguardia Nacional—, la convocatoria está garantizada. Para el profesor de deportes la fuerza de esa organización de masas tiene un gran valor, porque está obligado a crear. Por ejemplo, allí vimos una bella coreografía de gimnasia rítmica sin música, pues la profesora de Boquerón no esperó un equipo de audio para desarrollar el talento que descubrió en un grupo de muchachitas. Esa misma voluntad permite ver un buen juego de pelota o un terreno de baloncesto en cada asentamiento, porque lo primero que demanda la actividad física para su desarrollo es el hombre.
Uno de los preceptos ha sido el de respetar los gustos y tradiciones de cada sitio. Es así que el béisbol, el boxeo y el baloncesto, junto al rodeo y el dominó, ocupan los lugares privilegiados para los caimanerenses. Y cuando el deporte cala hondo, los resultados no se hacen esperar. Caimanera es de los municipios más destacados en la provincia en el resultado integral, y si lo mira hacia dentro es uno de los más sólidos resortes en la aspiración de ser el primer territorio con cero incidencia de delito en un año. Baste citar que en este 2001, al cierre de septiembre, solo archivaba 10, y ninguno de ellos era robo. Hasta Caimanera, y un poco más allá —incluyendo 21 asentamientos poblacionales de otros tres municipios, Guantánamo, San Antonio del Sur y Niceto Pérez— llega la iniciativa de alcanzar con el movimiento deportivo toda la línea fronteriza con el territorio ilegalmente ocupado. Por eso un numeroso grupo de profesores y entrenadores que laboraban a nivel provincial se nucleó en contingente y ha cubierto a todas esas comunidades, con un objetivo primordial: llevar la actividad deportiva hasta su concepto social más amplio que pasa por la recreación, la preparación física y la promoción de salud. Por cierto, en un breve diálogo en uno de esos asentamientos, con las doctoras Indira Sánchez y Teresita Duany, de Miramar y el Vedado, respectivamente, conocimos que "son personas muy nobles, muy trabajadoras y justamente por eso el deporte los ayudaría, porque al tiempo que lo disfrutan, conducirían su vida a través de hábitos muy sanos." Tal opinión es la razón por la cual el deporte ha de convertirse tanto para la población caimanerense, de la cual casi un 25 por ciento es estudiantil (tiene Caimanera seis escuelas primarias, dos secundarias, una de educación especial, un preuniversitario y dos círculos infantiles), como para los más de 9 900 pobladores de las 21 comunidades vecinas en un multiplicador de la calidad de vida. Y es el motivo entonces por el
que las 121 instalaciones deportivas que hay ahora en Caimanera y en el
resto de los asentamientos fronterizos deben transformarse en el espacio
por excelencia de la población. |
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