Abdul Henan Hamat, del ministerio de la Información, afirmó que varias bombas cayeron en el poblado Wazir Abad, a unos tres kilómetros al oeste del aeropuerto de Kabul, arrasando con tres viviendas.

Citado por la agencia de noticias Afghan Press Islamic (API), basada en Paquistán, Hanan Hemat precisó que en una de las casas perecieron las dos niñas, de 6 y 11 años, cuyos cadáveres fueron extraídos de entre los escombros por los vecinos.

El director de la agencia de noticias Bajtar denunció además que los aviones estadounidenses destruyeron dos depósitos del Comité Internacional de la Cruz Roja llenos de alimentos y aceite para las entregas humanitarias a la población.

Hanan Hemat aseguró que ambos almacenes quedaron completamente destruidos, así como los sacos y camiones, cuyos alimentos eran para las viudas y minusválidos afganos.

Intensos bombardeos se registraron durante una hora en el área donde se ubican algunos depósitos de combustible —los cuales también fueron blancos de los ataques del jueves— en las proximidades de Kandahar, reportó la emisora televisiva norteamericana.

Según versiones de testigos citados por CNN, los bombardeos sobre Afganistán continuaron esta madrugada con ataques aéreos en las afueras de Kandahar, la más importante ciudad del sur del país, así como en el frente de combate al norte de Kabul.

En este sexto día consecutivo de fuertes bombardeos sobre la región norte de Afganistán, los milicianos talibanes rodearon el aeropuerto de Bagram, en poder de los combatientes de la Alianza, el cual podría ser utilizado para atacar otras posiciones de las fuerzas gubernamentales.

Durante el ataque aéreo, los opositores dispararon cohetes contra las posiciones de los talibanes, tras lo cual se replegaron un kilómetro para evitar ser alcanzados por los bombardeos estadounidenses.

En Sherkat, lugar donde se concentra la denominada Alianza del Norte, los jefes militares de estas milicias abogaron porque Estados Unidos recurra pronto a los ataques terrestres de infantería y avancen sobre las posiciones de los talibanes.

"Si Estados Unidos quiere acabar con el terrorismo y el talíbán en Afganistán, debe traer la infantería", dijo Eztula, comandante de un pequeño grupo de milicianos de la oposición que opera en el frente, al norte de Kabul.

En los últimos días las fuerzas de la Alianza, capitaneadas por el general Ato Mukhammad, ocuparon la aldea de Shurchi, al sur de Mazar-i-Sharif, dijo Abdul Vadud, agregado militar de la embajada de la oposición afgana en Dushanbé.

En total, más de 12 explosiones se registraron en la capital afgana en los alrededores del aeropuerto y en las zonas norte y oeste.

La API comunicó que el aeropuerto de Kandahar, a unos 30 kilómetros al sur de la ciudad del mismo nombre, resultó castigada nuevamente por la aviación norteamericana.

Una bomba cayo en una base militar del talibán cerca del centro de la ciudad y otra en el hospital militar cercano a un hospital infantil. Se desconocen las víctimas de esas instalaciones asistenciales.

La misma fuente informó sobre la captura en la provincia de Logar del comandante afgano, Abdul Haq, de 42 años, uno de los jefes mujaidines que lucharon contra el contingente limitado de la otrora Union Soviética en la década de los 80, del siglo pasado.

La API precisó que el exiliado Haq retornó a Afganistán para tratar de establecer una alianza con los tribeños pasthunes contra el Talibán y resultó detenido junto con otros siete acompañantes, según un despecho de Prensa Latina

Al parecer, esos jóvenes de diversas organizaciones y sectas ilegales paquistaníes acuden al llamado de Yihad (guerra santa) convocada por el líder supremo del talibán, mullah Mohammad Omar, y amplificadas por clérigos nacionales, informa Prensa Latina

De acuerdo con fuentes del régimen de Kabul, Omar solicitó a las tribus fronterizas el aporte de 500 combatientes cada una, equivalentes a unos 20 000 hombres, para luchar contra la Alianza del Norte y Estados Unidos.

A esos se suman los voluntarios de las agrupaciones musulmanas ilegales paquistaníes, que a partir del 7 de octubre,  inicio de los ataques de Estados Unidos a Afganistán, exhortan a una Yihad contra Washington.

En este contexto, un influyente mullah paquistaní, Sufi Muhammad, llamó a los islámicos de la provincia Frontera Noroccidental a reunirse cerca de su escuela religiosa para librar la Yihad contra Estados Unidos.

Según periódicos locales, Muhammad es líder de una secta denominada Tehrik Nifaz Shariat Mohamadi Malakand (Movimiento por la Aplicación de la Ley Islámica).

Muhammad comunicó a esos medios que unas 10 mil personas respondieron a sus exhortaciones y que algunas están armadas con lanzagranadas y otras armas poderosas como fusiles automáticos.

Fuentes oficiales comunican que las tensiones se encuentran elevadas en la turbulenta provincia Frontera Noroccidental y áreas aledañas limítrofes con Afganistán, pese a las fuertes medidas adoptadas por las autoridades de Islamabad.

Sin embargo, pese a esas medidas especiales de seguridad, la prensa indica que caravanas de jóvenes están pasando a territorio afgano, sin que los guardafronteras las detengan.

Como una muestra de solidaridad con el vecino país, grandes colectas y donaciones se realizan desde varias partes del territorio paquistaní, incluidas 5 000 unidades o bolsas de sangre, frazadas, calzado y ropa.