Una planta envasadora de sal se inauguró en la empresa guantanamera que garantiza ese producto a siete de cada diez cubanos y en cuyas áreas se celebró el acto nacional por el Día del Trabajador Geólogo-Minero.

La inversión de tecnología española es capaz de empaquetar en bolsas plásticas de uno y uno y medio kilogramo, 12 toneladas por hora de sal fina enriquecida desde abril último con yodo y a la que también se adicionará flúor en las próximas semanas.

Tales transformaciones convierten al cloruro de sodio elaborado en las salinas de esta provincia en un condimento de propiedades preventivas para disimiles dolencias y en renglón de creciente calidad competitiva y demanda en los mercados interno y del Caribe, región adonde se exportan anualmente miles de toneladas.

En lo que va de año, la entidad salinera de Guantánamo sobrecumple sus planes extractivos y de elaboración, la producción mercantil y otros indicadores que la avalan como colectivo sobresaliente del Sindicato de la Química, la Minería y la Energética, y del Ministerio de la Industria Básica.

A los méritos anteriores se suman el cumplimiento de los suministros contratados con nueve provincias y el protagonismo de sus trabajadores en la recuperación de esa importante rama industrial.

Durante la actividad central por la efeméride se entregó la distinción René Ramos Latour a varios trabajadores y un diploma especial a Joel Imbert, cincuentenario del sector, quien conoció los rigores del infierno blanco como denominaban a las salinas antes de 1959. (AIN)