![]() |
|
Cuba espera con optimismo la temporada alta del turismo Tras los efectos provocados por los sucesos en Estados Unidos. Precisiones del ministro Ibrahim Ferradaz, en conferencia de prensa María Julia Mayoral Aunque Cuba no podrá cumplir este año su pronóstico de recibir dos millones de visitantes debido a los efectos que provocaron en el mercado turístico internacional los recientes ataques terroristas en Estados Unidos, hoy nuestro país se siente optimista de cara a la temporada alta por comenzar en diciembre, confirmó el ministro del sector, Ibrahim Ferradaz, en conferencia de prensa con reporteros nacionales e internacionales acreditados en La Habana.
Dos elementos fundamentales, según indicó, avalan esa visión positiva: Cuba es un destino turístico con altísimos niveles de seguridad, lo cual constituye uno de los valores más apreciados por quienes visitan nuestro archipiélago y, por otra parte, el mercado mundial que más limitaciones posee actualmente es el estadounidense, y este no ejerce incidencias grandes en nuestras temporadas turísticas. El año pasado —ejemplificó— los norteamericanos representaron solo entre un 3,5 y 4 por ciento de los visitantes recibidos en el país. Se espera —informó— que el 2001 cierre con un crecimiento entre el 5 y el 7 por ciento en relación con el 2000 en vez del 12,7 previsto, lo cual significará un total de un millón 850 000 o un millón 900 000 visitantes; es decir, de todas formas superior al año precedente cuando arribaron a Cuba un millón 774 000 turistas. Ferradaz precisó que en septiembre el número de pernoctaciones, o de personas que duermen en las instalaciones, decreció en un 5 por ciento en comparación con igual mes del 2000, cuando la proyección era crecer un 10 por ciento. En tanto, la reducción de ese indicador al término de los primeros 18 días del presente mes fue del 13 por ciento en relación con igual número-días en octubre del 2000. Sin embargo, este jueves estaban en nuestras instalaciones 2 100 turistas más que los que pernoctaron el primero de octubre de este 2001. A partir de estos detalles y las confirmaciones para la temporada alta, el Ministro aseguró que ya se aprecia una ligera recuperación en la cantidad de turistas en nuestro archipiélago. Los polos más afectados en esta coyuntura han sido Ciudad de La Habana y Varadero, pero otros como Pinar del Río, Trinidad y Jardines del Rey muestran incluso discretos incrementos si se miran etapas anteriores, lo cual está asociado a los mercados emisores. En noviembre —explicó— quizás no lleguemos a los niveles del año pasado; no obstante, las previsiones para diciembre son muy positivas. A pesar de las adversidades, Canadá, nuestro principal mercado, creció en septiembre y las perspectivas para el invierno son mayores. Para aminorar el impacto económico, todas las cadenas en Cuba, incluyendo las administradas por socios extranjeros (estos últimos manejan el 50 por ciento de las habitaciones) han redoblado las medidas que normalmente adoptan en esta época del año por ser siempre de baja en nuestro caso, encaminadas al ahorro sin afectar la relación calidad-precio. Entre esas medidas —indicó— se incluye el cierre de pisos, bloques o áreas dentro de algunas instalaciones, tal es el caso del Habana Libre, el Cohíba y el Riviera. También se decidió, en coordinación con las autoridades del MINTUR, adelantar el cierre previsto de varios centros para su reparación o remodelación, así como la compactación del hospedaje en otros, aprovechando la situación. Hoy —resumió— 25 por ciento del total de habitaciones disponibles están en hoteles cerrados o compactados, pero esa es una dinámica cambiante día por día, pues si arriba mayor número de visitantes, esas capacidades se ponen de alta en horas. Respondiendo a la prensa, señaló que los precios en la cercana temporada alta serán los de costumbre. Los estudios realizados —comentó— señalan que las limitaciones de viajes que se vienen produciendo en las últimas semanas, tienen el origen conocido por todos: cierre de aeropuertos y de espacios aéreos, molestias adicionales a los pasajeros debido a medidas de seguridad incrementadas y a todas las informaciones brindadas por los grandes medios de comunicación. El asunto —concluyó— no se resuelve bajando los precios. No tenemos ninguna intención de hacer rebajas, se mantienen los montos establecidos para la alta en el país. Ferradaz subrayó que adoptan las acciones necesarias para cumplir con el aporte de divisas del Turismo al Presupuesto Central del Estado. Si la situación de la baja se prolongara —acotó— podría emplearse lo establecido en la legislación de enviar a trabajadores para sus casas con un respaldo salarial que sería del 100 por ciento en el primer mes y el 60 a partir del segundo, pero para no dar lugar a eso estamos preparando cursos emergentes de recalificación en las 19 escuelas del sector. Además, cuando un centro entra en reparación su colectivo también suele incorporarse a esas labores, obteniendo así un empleo útil. En estos momentos –informó– están cerrados 20 hoteles, unos porque no los hemos reabierto después de su acondicionamiento y otros porque entraron en reparación entre ellos tres ubicados en los cayos Coco y Guillermo; varios de los situados en Santa Lucía, Cayo Largo del Sur y Santiago de Cuba, así como el Trópico y el Capri en Ciudad de La Habana. Ferradaz recordó además que
el turismo en Cuba se convirtió en el transcurso del último decenio en
uno de los principales sectores de la economía nacional. Los ocho
primeros meses del 2001 venían avalando esa posición de vanguardia y la
temporada alta por empezar se avizora con optimismo. Lo ocurrido —dijo—
no interfiere el grupo de importantes construcciones hoteleras en marcha. |
|