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Camilitos de Las Tunas La nueva semilla Texto y fotos: PASTOR BATISTA VALDES LAS TUNAS.—Lo que la pequeña Yenislé González, estudiante de cuarto grado y vecina del lugar, mira y admira ensimismada cada mañana no es hospital o instalación de arte alguna... Hace un tiempo —cuando sus familiares le aconsejaban no detenerse allí rumbo a su escuela— el lugar era un centro para la reeducación de personas con inadecuada conducta social.
Pero, para satisfacción de todos, se ha producido allí un cambio radical tras una excelente readaptación de las instalaciones, a cargo de constructores y especialistas del propio territorio. Así nació desde el pasado mes de septiembre en ese lugar la decimoquinta Escuela Militar Camilo Cienfuegos (EMCC) con que cuenta el país. UN VIEJO SUEÑO El paso de las primeras semanas no ha logrado despojar aún a los oficiales, alumnos, profesores y demás trabajadores de esa agradable sensación, similar a la que alguna vez sintió todo niño tras recibir un añorado regalo.
"Si algo merece ser destacado —comenta con orgullo el mayor Félix Berrillo, instructor político de la escuela—, es que gracias a un notable empeño de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y del país en general, por fin los tuneros cuentan con la escuela que siempre desearon." Basta conversar con Isis, Julio César Pérez, Gerardo Cala, Julia del Carmen o con otros padres para constatar la satisfacción que ahora sienten. Durante años la vecina provincia de Holguín ofreció una apreciable ayuda acogiendo en su EMCC y, de hecho formando integralmente, a cientos de jóvenes de Las Tunas. Pero no es lo mismo —ni para los alumnos, ni para los familiares— estudiar a unos 80 kilómetros de distancia que hacerlo dentro del propio territorio. A ello se une algo que destaca el teniente coronel Dalier Cedeño,director del nuevo centro: "Esta escuela nace en un momento muy oportuno también para las FAR. Como todas las provincias esta necesita continuar desarrollando igualmente la vocación por los estudios militares entre sus jóvenes, prepararlos adecuadamente y crear bases para que en el futuro retornen como oficiales en diferentes especialidades, aptos para fortalecer aún más nuestras unidades y estructuras de defensa".
Y en verdad la arrancada no ha podido ser mejor. De hecho el centro inicia con una base material verdaderamente envidiable en aulas, dormitorios, áreas deportivas, de entrenamiento o de laboratorios como los destinados al aprendizaje de la computación, idiomas, biología, química, física... y con un claustro de profesores no solo experimentado, sino también con tanto ímpetu como los propios camilitos, para que las cosas marchen bien. Jóvenes como Yelennis Puig Rodríguez —alumna de onceno grado— tienen razones para mantener el buen ánimo: "No te niego que todavía siento un poco de nostalgia por las amistades que dejamos en Holguín. Pero esta escuela es como un sueño, el trato que se nos da no puede ser mejor..." Estimula también escuchar a la trabajadora civil de las FAR Dolores de la Caridad: "Aquí llevo seis meses laborando y me gusta todo —dice mientras deja como un espejo el pasillo que une parte de las 15 aulas docentes— por eso me alegra tanto que mi hija Raisa Reymúndez estudie en décimo grado aquí". RETROSPECTIVA PARA UNA REFLEXION Continúo caminando, sin saber que a pocos metros tendría que descargar de nuevo otros apuntes en mi agenda: Sin buscarlo nace el diálogo. Ante mi pregunta inicial un hombre, con uniforme verde olivo, responde: "Cuando ingresé a una escuela como esta, hace más de 30 años, veía a un general como algo inalcanzable, tanto que jamás pensé ni me propuse llegar a ese grado militar... ¿Y hoy, convertido en General de Brigada, qué sensación siente al ver a los actuales camilitos? Onelio Aguilera Bermúdez (uno
de los tres cubanos ascendidos a ese alto grado militar, entre los más de
74 000 egresados de las EMCC) solo atina a sonreír y dice: "Un poco
de nostalgia. Siempre que paso por una escuela de camilitos o me encuentro
con los jóvenes que estudian en ellas..., pero sobre todo una gran
admiración y respeto, porque nunca olvido que también un día yo fui
alumno de una de estas importantes escuelas". |
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