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¿Es difícil ser joven? Si el tema de la promoción artística, en nuestro medio, es de por sí motivo de insatisfacciones, entre los jóvenes, con más razón todavía, la controversia se agudiza. La lucha por los espacios, sobre todo en los medios masivos de difusión, parece de vida o muerte; unos lo demuestran con justificada impaciencia; otros, y no precisamente jóvenes, simplemente sangrando por la herida. Los músicos y sus promotores se hicieron escuchar en los debates del Primer Congreso de la AHS. Faltan muchos espacios, pero, por suerte, algunos han sido bien ganados. Quién iba a pensar, hace pocos años, que el rap y el rock tuvieran festivales nacionales plenamente establecidos y socialmente asentados. O que, pese a quejidos plañideros, el Centro Pablo de la Torriente haya sistematizado el programa A guitarra limpia. O que se hiciera realidad una institución tan útil como El canto de todos. O que la Romería holguinera dinamitara las barreras entre lo "culto" y lo "popular". O que hallen reconocimiento en los Centros Provinciales de la Música varios solistas y agrupaciones de probado mérito. O que al conjuro de Lennon, ya sin prejuicios, se hagan conciertos memorables. O que los bisoños repentistas pudieran confrontar sus tonadas renovadoras en tribunas y variados escenarios. Lo principal, en lo adelante, no solo está, por parte de las instituciones culturales, en mejorar y perfeccionar los mecanismos para dar cauce al talento joven, mediante la definitiva erradicación de subterfugios burocráticos, también en ganar conciencia en cuanto a la necesidad de que dentro de la diversidad y a través de un proceso de interacción social y con la ayuda permanente de la crítica, existan escalas de valores diferenciados, de manera que se jerarquicen los auténticos aportes. La organización, en cuanto a música se refiere, se ha planteado muy serias tareas que redunden en un fortalecimiento en géneros como el jazz, la música popular bailable contemporánea y la de concierto, y al mismo tiempo, se propone ser más activa en las instituciones del sistema de la enseñanza artística. No es difícil ser un artista
joven. Lo difícil, desafiante y hermoso, es crecer junto a ellos en tanto
representan la irrevocable novedad de los tiempos por venir. (P. de la
H.) |
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