Sal con flúor

Su aplicación contribuirá a disminuir las caries dentales

José A. de la Osa
delaosa@ip.etecsa.cu

La adición de flúor a la sal común que se expende en nuestras bodegas contribuirá a la disminución de las caries dentales en un alto porcentaje, sin que ello implique la necesidad de un incremento en su consumo, como tampoco descuidar las medidas higiénicas y dietéticas para la conservación de una dentadura fuerte y saludable.

Desde hace aproximadamente un mes se inició la puesta en marcha del proceso de fluoruración de la sal en la planta salinera Frank País de Guantánamo, y está previsto antes que finalice el año su extensión a las plantas de Las Tunas, Camagüey y Matanzas.

La doctora Maritza Sosa Rosales, responsable del Programa Nacional de Fluoruración de la Sal de Consumo Humano del Ministerio de Salud Pública, indicó que en el primer trimestre del 2002 casi el ciento por ciento de la población consumirá la sal con flúor.

Las dosis de flúor que se adicionan a la sal son las que se requieren para prevenir las caries dentales sin producir daños a la salud, subrayó la especialista en Estomatología.

Alertó de que no es necesario aumentar el consumo de sal para lograr los objetivos que se propone este programa de fluoruración, puesto que el consumo excesivo puede comportar graves riesgos para la salud, como hipertensión arterial, cálculos renales, retención de líquidos.

Con la aplicación del flúor a la sal común se espera una reducción de un 40% en la incidencia de caries dentales de la población infantil en los cinco primeros años de iniciado este programa, y hasta en un 80% al transcurrir una década, de acuerdo con la experiencia alcanzada por otros países.

Fue en 1949 cuando los científicos demostraron las bondades del flúor en el fortalecimiento de la resistencia del diente ante la agresión bacteriana.

Desde 1968 en nuestro país se aplican métodos masivos de prevención de las caries con las aplicaciones de laca de flúor a los niños de los círculos infantiles y los "enjuagatorios" en las escuelas primarias y secundarias, lo que ha posibilitado que Cuba alcance indicadores favorables en la salud bucal en edades tempranas. 

Tres medidas básicas contribuyen a preservar una dentadura sana, el empleo del flúor, la higiene bucal (cepillarse correctamente) y la dieta. En cuanto a esta última, debemos recordar que el sustrato necesario para los microorganismos que producen caries son los carbohidratos y específicamente la sacarosa, por lo que su ingestión frecuente es muy dañina.

Las caries, junto a las afecciones de las encías y la gripe, son las dolencias que aquejan a un mayor número de personas en el mundo.