MOSCU, 17 de octubre (PL).—El ministro ruso del Interior, Boris Grizlov, anunció hoy la existencia en su país de tres millones de personas adictas al consumo de narcóticos, un mal cuyo crecimiento se aceleró en los últimos años.

Al intervenir ante los diputados de la Duma (cámara baja), Grizlov señaló en tono irónico que esas personas pudieron crear un partido de los drogadictos para participar en las elecciones parlamentarias de diciembre de 1999.

Con esa cantidad de votos ya formarían parte del legislativo, pues ello sería suficiente para sobrepasar la barrera mínima del cinco por ciento, comentó el titular del Interior en un intento por mostrar la seriedad de ese problema.

Al mismo tiempo reconoció que las fronteras sureñas del país están prácticamente abiertas al paso de estupefacientes, pues sólo se logra confiscar el cinco por ciento del total de ese flujo, es decir, unas 300 millones de dosis.

Por otro lado, el Ministro ruso del Interior destacó que por el momento los medios para combatir ese flagelo son insuficientes, incluido el financiamiento de las operaciones contra los grupos dedicados a ese negocio ilícito.