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![]() Una ronda por la paz Sara Más No habían nacido entonces y ninguno de ellos vivió aquellos días, pero la distancia que impone el paso del tiempo no les ha privado de saber y sentir también, desde sus breves existencias infantiles, la profunda conmoción que provocó en toda Cuba la explosión en el aire, hace ya un cuarto de siglo, de aquel avión que traía de regreso a la Patria una preciada carga humana. "Fue el 6 de octubre de 1976", empezó diciendo María A. Pérez, alumna de cuarto grado. Y así se inició el viernes el matutino en el patio escolar donde todos los días los alumnos de la primaria Mártires del II Frente Oriental Frank País, en la capital, se reúnen bien temprano en la mañana para izar la bandera y cantar el himno antes de entrar a las aulas.
En palabras, poemas y canciones de los más pequeños una certeza que trasciende el tiempo y las generaciones: ante el crimen y la injusticia nunca habrá olvido. La escena, repetida con su propio estilo en otros centros y colectivos pioneriles del país, traía nuevamente en palabras, poemas y canciones de los más pequeños una certeza que trasciende el tiempo y las generaciones: ante el crimen y la injusticia nunca habrá olvido. De sus padres han conocido parte de la historia, también por lo que cuenta y explica la maestra Adriana. Detalles y huellas seguidas además con curiosidad y asombro en las recientes emisiones documentales que, en la búsqueda y confirmación de la verdad, han hecho desfilar por las pantallas de televisión a testigos, investigadores y familiares de las víctimas. Esa página de dolor también habita en ellos. "En el avión dejaron dos bombas y una la pusieron en el baño, porque allí era más fácil destruirlo", cuenta Adrián. Camila sabe que eran 73 pasajeros, la mayoría cubanos muy jóvenes, que venían de regreso a la Patria, mientras Paola explica lo que sabe de ellos: "Es muy triste que después de ser deportistas famosos, de haberse ganado esas medallas, no pudieran llegar con ellas a sus casas". Siguen armando, en párrafos
compartidos, aquel suceso. Después hacen silencio en el aula. La maestra
pregunta si saben por qué este sábado irá tanta gente a la Plaza.
Adrián asiente y levanta la mano para pedir la palabra: "A reclamar
justicia y paz entre los pueblos del mundo", responde. También
reconocen la palabra terroristas, el calificativo que la profesora designa
para identificar a los autores del atentado. Algunos pioneros aseguran que
van a estar también en el acto, acompañando a sus padres. Aunque antes,
en el patio de siempre, donde todas las mañanas se reúnen volvieron a
recordar lo que pasó aquel día, cerca de las costas de Barbados. |
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