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consulta médica ¡¡Cuidado con los golpes!! Traumatismo craneal JOSE A. DE LA OSA Profesor Consultante del Hospital Nacional en Altahabana, investigador, el doctor Pedro García Fleites, una de las figuras cimeras de la Psiquiatría en Cuba, es conocido en no pocos países por sus trabajos sobre la esquizofrenia (premio internacional en México, 1989) y la epilepsia, fundamentalmente.
Los interesados en ampliar sobre esta importante temática pueden consultar los trabajos del profesor Pedro García Fleites en la Revista del Hospital Psiquiátrico de La Habana, en la Biblioteca del Instituto de Neurología y Neurocirugía y también en fecha próxima en la obra del autor Temas de Psiquiatría, en proceso de impresión. Médico de saber profundo, que mantiene una incansable actividad profesional con sus 70 años de edad, mi diálogo con el profesor García Fleites comienza con una ineludible inquietud: ¿Cómo explicaría usted la presencia de un Psiquiatra en el abordaje de un tema sobre traumatismos del cráneo?... Ante su solo anuncio, muchos lectores pensarían "encontrarse" con un Neurólogo, o un Neurocirujano o un Cirujano Maxilofacial... —Ese criterio privativo ha contribuido en muchos casos —dice convencido— a que los síntomas psíquicos sumamente frecuentes en la evolución del traumatismo cerebral (46% al 100%) sean ignorados o confundidos, conduciendo a estos enfermos a un desenlace negativo: 50% de incapacitados laboralmente e inadaptados vitalmente. —Pero empecemos por el principio, profesor: ¿qué se entiende por traumatismo craneal? —Es una acción que se convierte en lesionante o nociva para la masa nerviosa (cerebro o encéfalo) y la bóveda craneal (ósea) que la recubre, y que van a determinar las manifestaciones sintomáticas del paciente. —De acuerdo con su experiencia, ¿cuáles son las causas más frecuentes de estos traumas en nuestro medio? —Los accidentes de tránsito en primer término, los accidentes laborales, los ocurridos en la práctica de algunos deportes y en otras circunstancias de la vida cotidiana. —¿Podrían incluirse también los llamados traumatismos sonoros? —Por sí mismo el ruido no desencadena un traumatismo craneal. Sin embargo, el ruido es un nocivo agente que produce alteraciones en varias funciones, principalmente en la audición. Cuando se asocia a la onda expansiva de las explosiones, se hace particularmente agresivo. —¿A qué signos y síntomas nos estamos refiriendo concretamente cuando los clasificamos de traumatismos leves, moderados o severos? —Aparte de síntomas físicos evidentes, como heridas, sangramientos, hinchazón y otros más, el nivel de gravedad puede darlo la toma del estado de conciencia (conocimiento). Mientras más profunda es la afectación de conciencia, más grave el estado del enfermo. Pueden citarse tres grados de pérdida del conocimiento: total (coma), mediano (sopor) y ligero (aturdimiento). —¿Cuáles son los más temidos por los riesgos que podrían implicar? —Los casos con fractura y apertura de cráneo y la presencia de sangramiento, parálisis, falta de reacción a estímulos, pero sin subestimar los casos con toma ligera del conocimiento: "aturdidos", "atolondrados", "sonsos", "somnolientos", "torpes", "confusos", pues estos son los más frecuentes y también causan síntomas psíquicos posteriores. —¿Ante qué manifestaciones debemos considerar estas lesiones como una urgencia médica? —Una persona que presenta alteración de conciencia de cualquier nivel debe ser conducido a un centro médico de atención de urgencias. —En general, ¿qué consecuencias pueden acarrear, a corto e incluso a largo plazo? —A corto plazo, trastornos de la sensibilidad y movimientos, así como fenómenos psíquicos variados y severos que popularmente son llamados alucinantes, delirantes, excitación, ataques. Más tarde, en un 80% de casos se producen agotamiento, irritabilidad, exageradas respuestas a distintos estímulos; y aún más tarde pueden presentar tristeza, intranquilidad. A más largo plazo aún, convulsiones, pérdida intelectual y de memoria. —¿Específicamente la epilepsia postraumática, con crisis convulsiva, es frecuente?... ¿Como consecuencia de qué tipo de trauma? —Se produce en los casos más severos y su frecuencia es variable, pero cuando se presentan tempranamente tienen una mejor evolución porque se deben al edema cerebral (hinchazón) que desaparece. Pero las tardías se deben a cicatrices internas y se hacen más permanentes. —Y en cuanto a la amnesia que podría producir, ¿en general es transitoria o puede convertirse en permanente? —La amnesia (falta de memoria o de recuerdo) abarca el tiempo de duración de la alteración del "conocimiento" después del golpe. Puede extenderse desde unos minutos a varias semanas. Una amnesia postraumática de más de cinco minutos tiene importancia. —Sería el momento para destacar algún otro trastorno que considere oportuno comentar a nuestros lectores. —El de degradación ético-moral y de alcoholismo (este último a la vez agrava otros síntomas como las convulsiones). Lo que se llama punch drunk de boxeadores es el grado máximo de deterioro mental. —¿Qué medidas de primeros auxilios sugiere tomar ante uno de estos lesionados? —La conducción a un servicio médico de urgencia, dando la información de las características del golpe y la alteración del "conocimiento" que se haya observado. —Los golpes en la cabeza son comunes en niños. Es lógico que lloren, pero a veces también presentan dolor de cabeza, somnolencia, vómitos. ¿Cuándo considera que existirían signos de verdadera alarma? —Algunos autores dicen que el cerebro del niño es como un colchón que se adapta fácilmente a los golpes. Nada más lejos de la verdadera experiencia. Con el niño es mejor pasarse de precavido que quedarse corto en atención, cuando aparece un síntoma o conducta no habitual después de un golpe en la cabeza. —¿Habría algo que decir en torno a la prevención en el tema que nos ocupa? —Exigir el cumplimiento de los reglamentos en nuestra legislación para la prevención de accidentes de tránsito, laborales, deportivos y otros. —Si queda algo que considere imprescindible decir... —Que las secuelas psíquicas
pueden evitarse tomando medidas de tratamiento medicamentoso y reposo
psiquicoprofiláctico. |
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