Con la apertura al público de la Jungla de
Jones, la Isla de la Juventud podrá contar en lo adelante con una nueva
opción para el turismo ecológico.
Ese ecosistema de vegetación exuberante
con cerca de 20 variedades diferentes de mangos, cañabambú (bambú),
ocujes, cedros, jagueyes y yagrumas, entre otras, posibilita con su
variada flora modalidades como el ecoturismo, investigaciones científicas
y visitas de recreación y de educación ambiental.
Informaciones suministradas por
especialistas aseguran que en su fase inicial el objetivo es convertir a
la zona en finca agroecológica y jardín botánico y más tarde en un
parque metropolitano al incorporarse la explotación de la presa Los
Almácigos, aledaña al lugar.
Con sus 30 hectáreas, la Jungla de Jones
tiene como historia el haber sido el primer asentamiento de corsarios y
piratas que se establecieron como fundadores de la comunidad en el siglo
XVI.
Varias excursiones turísticas desde Cayo
Largo del Sur, prominente polo cubano, corroboraron lo acertado del
proyecto.
El municipio especial incursiona en este
tipo de modalidad del turismo desde hace algunos años y cuenta con zonas
únicas en el país por su valor ambiental, como son los casos de Los
Indios, mayor reservorio de cotorras de la nación y amplia presencia de
la grulla cubana, y La Cañada, también por su sobresaliente fauna y
flora endémicas de esa área.