La actualidad de Trece días

ROLANDO PEREZ BETANCOURT

En uno de los encuentros de amistad con Cuba celebrado en Los Angeles llega la diestra extendida de uno de los productores del filme Trece días, que en abril de este año fuera traído a Cuba por el actor Kevin Costner.

Junto a Stephen Rivers recordamos el día en que la película fuera discutida en un fraternal intercambio celebrado en una sala del Palacio de las Convenciones y lo mucho que para los participantes de ambos países significó aquella reunión.

Rivers expresó el deseo de volver a traer la película a nuestro país, posiblemente durante el próximo Festival del Nuevo Cine, de manera de presentarla más tiempo en pantalla grande, ya que en aquella ocasión solo tuvo dos proyecciones en la sala Chaplin.

El encuentro tenía lugar a setenta y dos horas de la catástrofe de Nueva York y Washington y por supuesto que salió a relucir el tema del ataque terrorista y el peligro de una próxima guerra, junto a lo que sin duda constituye uno de los objetivos fundamentales de Trece días: alertar al mundo en torno al peligro que corre la humanidad en caso de que políticos puestos en situaciones límites no sean capaces de discernir con la inteligencia y serenidad requeridas.

Como se recordará, Trece días se refiere desde una visión muy norteamericana y sin adentrarse en las visiones de las otras partes involucradas en el conflicto, al papel jugado por la administración Kennedy durante la Crisis de Octubre y al muro de contención levantado por no pocos de sus políticos, frente a los arrebatos bélicos proclamados por los militares de ese país y otros seguidores.

"¡La película cobra una actualidad inmediata, de ahora mismo!", me dice Rivers apasionado y corrobora algo que suscribiría todo aquel que la haya visto.

De regreso a La Habana, busco el comentario crítico que en abril de este año publicara en la página cultural de Granma, y al cual Rivers hiciera referencia, y de él me permito extraer el siguiente párrafo:

"...Trece días puede verse como una subrayada lección de moderación e inteligencia de un presidente y de un grupo de sus valiosos colaboradores frente a una situación futura que pudiera poner en peligro al mundo. No por gusto, en días recientes leía un consejo que le daba un ex asesor de Kennedy al presidente Bush en cuanto a que debía de ver dos veces esta película".

A lo que solo quedaría añadir que ojalá, si no tiempo para volverla a ver durante estos días de tanta tensión, al menos recuerde el presidente que cuarenta años después de los hechos, la humanidad sigue viviendo.

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