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 Compañía del arriero Pareja vital en las montañas Texto y foto: Pedro Mora
En el territorio de la Sierra Maestra, perteneciente a la provincia de Granma, en los últimos años trabajan para detener un notable descenso de esas especies que, con nocivas consecuencias, se revierte en amenaza para la transportación y por tanto contra el bienestar cotidiano. Las acciones con ese objetivo cobraron mayor auge hace ahora un año, cuando la representación de la Empresa Nacional para la Conservación de la Flora y la Fauna asumió la proliferación mular para el plan Turquino-Manatí mediante una labor más especializada que pretende satisfacer la demanda. Continuando un trabajo que inició hace un tiempo la dirección de ganadería del MINAGRI provincial, funcionan en Granma tres centros de desarrollo mular en los municipios de Guisa, Bartolomé Masó y en Pilón. Agrupan en total 304 yeguas reproductoras para lograr con burros el insuperable híbrido. Esa importante labor reproductora es apoyada con la entrega sistemática de nuevas madres, obtenidas en la unidad de remplazo de yeguas, de El Mijial, en Buey Arriba, dedicada también al desarrollo de caballos para trabajo. Allí hay 444 animales, de los cuales 227 son hembras. Los burros padres después de algún tiempo de explotación son renovados por otros provenientes del centro reproductor asnal de la Colonia, en Santa Rita, donde se cruza la raza foránea mamut, caracterizada por su gran tamaño, y las pequeñas burras criollas bien conocidas en zonas rurales. La unidad Bayamo de la empresa, es la encargada del valioso objetivo de reproducción mular para el área de la Sierra Maestra, de Granma. Su director, Agustín Milanés, está entusiasmado con los resultados: "Ya entregamos 78 mulos a las CPA y tenemos otros 45 listos; llegaremos a una cifra superior a los 120 mulos este año."
Los trabajadores y cuadros están optimistas con su aporte al desarrollo de la Sierra Maestra, los estimula además, que como fruto de sus acciones el plan anual de 154 nacimientos de mulos está en vías de cumplimiento, pues ya acumulan 118. |
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BAYAMO,
M.N.—Mulos y burros han sido durante años una pareja imprescindible en la vida del habitante serrano. Ambos, al compás del cencerro, fueron y son fiel compañía del arriero por trillos y caminos llevando en sus enjalmas valiosas cargas destinadas a la economía y la sociedad.
