WASHINGTON, 11 de septiembre.— Las
ciudades norteamericanas de Washington y Nueva York sufren un duro impacto
desde que poco después de las nueve de la mañana el World Trade Center y
el Pentágono se convirtieron en zona de catástrofe.
Las torres gemelas neoyorquinas, de 110
pisos cada una, fueron impactadas por sendos aviones de pasajeros que
provocaron explosiones desde la planta 87 hacia arriba. Posteriormente
ambas torres se derrumbaron, sin que se haya podido determinar el número
de víctimas, según reportan las agencias de prensa y las trasmisiones en
vivo de las cadenas de TV.
El presidente estadounidense, George W.
Bush,
adelantó que el Buró Federal de Investigaciones (FBI) abriría una
pesquisa para probar sus sospechas de que se trata de una misión suicida.
Imágenes televisivas mostraron como dos
aeronaves, una de ellas un Boeing proveniente de Boston, impactaron los
edificios, en lo que se considera el segundo ataque terrorista contra las
instalaciones desde 1993.
A pocos minutos del choque de los aviones
contra el World Trade Center, una de cuyas torres eclosionó luego de
producirse una tercera explosión, fuentes del Pentágono reportaron que
el complejo militar fue impactado en su lado oeste por un avión.
Casi paralelamente, la Casa Blanca, el
Capitolio, el Departamento del Tesoro y la Secretaria de Defensa evacuaron
su personal en lo que se considera la mayor emergencia del país.
La Administración Federal de Aviación
detuvo todos sus vuelos mientras el país está bajo alerta máxima.