 IRLANDA Las hijas del terror ARSENIO RODRIGUEZ Una nueva y dramática asignatura quedará grabada para siempre en las mentes infantiles de alrededor de 150 niñas irlandesas, que en su primera semana de clases, han tenido que atravesar fuertemente custodiadas por familiares y policías, un corredor de vehículos blindados para poder llegar hasta la escuela primaria de Santa Cruz, al norte de Belfast, la capital de Irlanda del Norte.
La clase de terror no ha sido impartida por profesor alguno, sino por decenas de bestializados vecinos de un barrio mayoritariamente protestante, quienes desde el primer momento se opusieron al paso de las menores a este centro escolar católico.
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AP |
Ajenas por completo a los conflictos que dividen a sus mayores, las pequeñas se vieron maltratadas de palabra y agredidas con piedras, e incluso con la detonación de una bomba de fabricación casera que felizmente no les afectó, aunque sí hirió a cuatro de los agentes que las protegían.
Quizás conozcan la versión más difundida por la prensa local e internacional acerca de contradicciones entre católicos y protestantes, que en las últimas cuatro décadas ha provocado miles de víctimas en el territorio que les vio nacer, y que vive en la actualidad un complejo proceso por alcanzar la paz.
Ellas, ya traumatizadas desde la infancia, crecerán en una Irlanda del Norte donde lo que realmente se discute, y divide a sus mayores, es la lucha de varios siglos por alcanzar una verdadera independencia de Gran Bretaña.
Las imágenes de las niñas aterrorizadas dieron la vuelta al mundo y evidentemente obligaron a los grupos paramilitares unionistas a cambiar su degradante actitud, ya que ahora guardan silencio al paso de las menores, y reservan los insultos y las agresiones verbales a sus familiares cuando regresan de la escuela.
La más reciente de las crisis que ha afectado el largo y penoso proceso de paz, cuyo mayor logro han sido los llamados Acuerdos del Viernes Santo, de abril de 1998, se inició en julio de este año con la renuncia del primer ministro norirlandés, David Trimble, quien además es líder del Partido Unionista del Ulster.
A ello le siguió la retirada, por parte del Ejército Republicano Irlandés (IRA) de su propuesta de proceder a la destrucción de sus armas de forma verificable y completa ante la desconfianza del propio Trimble, iniciándose un nuevo plazo concedido por Londres para encontrar solución a la crisis, que concluye el próximo día 23 de septiembre.
La inalcanzable paz sigue siendo un objetivo para todas las partes, aunque los intereses y las motivaciones difieren, ya sean unionistas o nacionalistas, o los gobiernos de Irlanda o Gran Bretaña, por lo que resulta cada vez más difícil ponerlos de acuerdo, con o sin mediación foránea.
Situaciones como las que viven hoy las escolares de entre cinco y 11 años de edad en un apartado barrio de la capital norirlandesa, las convierten en las hijas de un terror, y provoca que
la posibilidad de una verdadera y aceptable paz para todos se haga cada vez más difícil de lograr.
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